La serie
“Star Trek”, creación de Gene Roddenberry, es icónica porque en la década de
los ’60, logró presentar a un mundo que enfrentaba cambios, conflictos y
desafíos, una crítica social positiva y una perspectiva de futuro en que las
humanidad superaba guerras, divisiones raciales y culturales, y expandía el
mensaje de madurez y paz.
En “Star
Trek”, la nave espacial USS Enterprise NCC-1701 fue diseñada por Walter Matthew
Jefferies (mejor conocido por Matt Jefferies). La icónica nave nos transporta
junto a la tripulación capitaneada por James T. Kirk, en un viaje que como la
vida, puede superar rutinas, descubrir algo nuevo en cada etapa y crecer ante
las pruebas. Es notable en el diseño de una nave que pasa a ser hogar en tan
interesante concepto de ciencia ficción (ciencia ficción que es ciencia real en
muchos adelantos del presente), cómo gira la dinámica de estudio, tecnología al
servicio de las personas, interacción de almas y aventura en torno a la
dirección que brinda el puente de mando.
Años
después de la exitosa serie fundadora que se mantiene viva gracias a los fans,
llega al cine, comenzando la jornada en la pantalla grande con la película
“Star Trek, The Motion Picture”. Se le dio un “up-grade” a la nave, diseñado
por Mike Minor, Joe Jennings, Andrew Probert, Douglas Trumbull, Harold
Michaelson y Richard Taylor. El diseño mantuvo acertadamente la base concebida
por Jefferies.
En el
cine las historias tienen más drama y hasta sus toques de humor, pero sigue la
misión de exploración y la misma se acentúa con la evolución de los personajes.
Veo el éxito en que se mantiene la fórmula original de explorar al ser humano,
en ruta de tiempo, lecciones y generaciones.
La película
“Star Trek” del 2009 presenta una línea alterna de tiempo que les genera todo
un Nuevo universo de vivencias y posibilidades. Comienzan las jornadas en ese
universo alterno (Línea temporal alternativa; paralela a la cronología conocida
de Star Trek). Es muy difícil lograr una secuela que iguale y supere una
primera película exitosa y eso se logra magistralmente en el 2013 con la
película “Star Trek Into Darkness”.
Para esta
ruta alterna de tiempo, el artista Ryan Church hizo los diseños iniciales para
la nueva Enterprise, que fue modelada y refinada por el diseñador Joseph Hiura,
y fue desarrollada en modelos por el
equipo de Alex Jaeger en ILM (“Industrial Light and Magic”).
Es bueno
que mantiene las líneas básicas de la Enterprise original, pero al comparar
naves, reconozco que hay detalles en la nave del 2009 que me lucen
caricaturescos.
Sin
embargo, al colocarlas frente a frente, por las líneas de una identidad constructiva,
confirmé que frente a frente se puede redescubrir y fomentar lo positivo.
Confirma
Star Trek que el heroísmo no es un imposible en la vida. Me encantó el final de
la película que confirma que la nueva aventura comienza y que en la vida
podemos hacer de cada día, un heroico y consagrado capítulo; “to boldly go…”.
Dios impere para que toda buena causa fructifique y no sea descarrilada o
desvirtuada. Adelante…
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