Con la aprobación legislativa, y la
firma del gobernador Alejandro García Padilla dada el 29 de mayo de 2013,
mediante las nuevas leyes de Equidad y Avanzada en Puerto Rico se hace historia
con un Gran Paso de Paz y Reivindicación en la Isla del Cordero. ¡Eso es
Victoria Cristiana en Puerto Rico!
Ese gran paso ha ido desatando un
nuevo impulso de conciencia en lo humanitaria y así, son cada vez más las voces
que claman por la liberación el preso político Oscar López Rivera. En
Wikipedia, dice sobre Oscar lo siguiente:
·
“Oscar López Rivera is a Puerto Rican
Nationalist who was convicted and sentenced to 70 years in prison for seditious
conspiracy, use of force to commit robbery, interstate transportation of
firearms and ammunition to aid in the commission of a felony, and interstate
transportation of stolen vehicles. He was among the 16 Puerto Rican
nationalists offered conditional clemency by U.S. President Bill Clinton in
1999, but he rejected the offer. His sister, Zenaida López, said he refused the
offer because on parole, he would be in ‘prison outside prison’. López Rivera
was never accussed of any act of violence or having caused any death. He is
said to be ‘among the longest held political prisoners in the history of Puerto
Rico and in the world’. He has been jailed for 32 years and 1 day”.
La causa humanitaria por la
liberación de Oscar unifica, sensibiliza y supera ideologías y fronteras. Como
muy bien dice lo de Wikipedia, Oscar nunca fue asociado con actos que causaran
muertes y lleva demasiado tiempo en prisión.
El tema de liberar presos
políticos no es nuevo ni exclusivo de Puerto Rico. La historia es clara sobre
la liberación de Nelson Mandela y sobre el momento en que el presidente Carter
liberó a presos nacionalistas puertorriqueños. En el libro “Vientos de cambio”,
el licenciado y maestro Rafael Hernández Colón escribe sobre los nacionalistas,
que al asumir la
Secretaría de Justicia en 1965, “quedaban presos veinte nacionalistas de los
ochenta y siete originalmente convictos y condenados a causa de su
participación en la toma de Jayuya por las armas en el 50 y del ataque contra
La Fortaleza con el propósito de matar al gobernador Muñoz Marín”. Escribe
también:
·
“Durante
mis visitas a las prisiones tuve la oportunidad de conocer a algunos de
aquellos nacionalistas. De los veinte que quedaban para esa fecha, diecinueve
estaban en el ala norte del segundo piso del presidio en Río Piedras y una --Blanca Canales-- en la cárcel
de mujeres de Vega Alta. Recuerdo sus celdas, llenas de libros, en las cuales
tuve extensas conversaciones con ellos. Entonces comenzó a madurar en mí la idea
de proponerle a Sánchez el indulto de estos confinados que, encarcelados por delitos
comunes, tales como asesinato, ataque para cometer asesinato, robo, incendio
malicioso, e infracciones a la ley de armas, todavía se encontraban en la
cárcel, por el carácter político de sus acciones, cuando ya habían cumplido
tiempo suficiente para quedar en libertad bajo palabra en circunstancias
normales. En las Navidades del 65, distintos sectores de opinión se
pronunciaron en favor de la excarcelación de los nacionalistas que quedaban en
prisión, y Sánchez solicitó de mí la evaluación de cada uno de los casos con
miras a formular una política sobre la excarcelación del grupo y de cada uno de
sus miembros en particular. A fines de enero, le sometí el correspondiente informe
recomendando la excarcelación como política pública, añadiendo una metodología
para llevarla a cabo comenzando, de
inmediato, con algunos de los nacionalistas, y continuando, a lo largo de un
periodo de tiempo, con los otros, de forma tal que su reinserción en la
sociedad no implicara riesgos de seguridad. Sánchez indultó a quince de los
veinte nacionalistas que quedaban –ocho el último día de su mandato--, entre
éstos últimos a Elio Torresola, hermano de Griselio Torresola y Juan Jaca
Hernández, uno de los más íntimos colaboradores de Albizu que, junto a él, estuvo
preso en La Princesa”.
Hernández Colón, Sila María Calderón,
Anibal Acevedo Vilá y Pedro Rosselló, al igual que el gobernador García Padilla
y la alcaldesa Carmen Yulín, se han expresado a favor de que sea liberado Oscar
López. La solidaridad en diversas formas es bienvenida. Es notable y
aleccionador que aún en el más objetivo relato de hechos y consecuencias,
siempre debe prevalecer lo humano, cristiano y compasivo.
Aunque no apoyo la causa política
de Oscar ni avalo el delinquir para adelantar causas habiendo formas
democráticas para promover propósitos (un pueblo dividido y en guerra no
progresa), también hay que reconocer que en la Isla hay demasiadas fallas que
ponen en duda la calidad y efectividad de nuestro sistema democrático, como los
fraudes electorales y las abismales desigualdades en la aplicación de la
justicia.
Voy más allá: La causa por la
liberación de Oscar trasciende lo aplicable a un caso individual o las consideraciones
sobre causas políticas y medios, al colocar sobre el tapete temas como el
debido proceso en que todo convicto sea liberado habiendo cumplido la pena justa
que no sea excesiva, la violación de derechos humanos y lo que pueda llegar al
nivel de tortura que no debe ocurrir a la altura del siglo 21.
Ante quienes sean diferentes y
expresen que hay temas más importantes que Oscar, mi respuesta es que aun habiendo
gravísimos temas que impactan al país, el tema de Oscar es vitar por ser
determinante en nuestra esencia humana y cristiana. Que siga en aumento la voz
en prode la liberación de Oscar hasta lograr tan noble objetivo; que será
liberación para todos al romper cadenas de confusión, insensibilidad y
fanatismo.
¡Libertad a Oscar! ¡Libertad a
las almas! ¡Libertad en el más positivo y amplio concepto que trasciende lo
político, se puede lograr en toda fórmula de status al amar la patria, ilumina
y consagra! La Equidad y la Igualdad Humana es buena y agrada a Dios; APOYEMOS
el forjar una patria de todos en Puerto Rico.
--Gerardo L., Berríos Martínez
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