jueves, 30 de mayo de 2013

¡Libertad a Oscar! ¡Libertad a las almas!


Con la aprobación legislativa, y la firma del gobernador Alejandro García Padilla dada el 29 de mayo de 2013, mediante las nuevas leyes de Equidad y Avanzada en Puerto Rico se hace historia con un Gran Paso de Paz y Reivindicación en la Isla del Cordero. ¡Eso es Victoria Cristiana  en Puerto Rico!

 

Ese gran paso ha ido desatando un nuevo impulso de conciencia en lo humanitaria y así, son cada vez más las voces que claman por la liberación el preso político Oscar López Rivera. En Wikipedia, dice sobre Oscar lo siguiente:

 

·         “Oscar López Rivera is a Puerto Rican Nationalist who was convicted and sentenced to 70 years in prison for seditious conspiracy, use of force to commit robbery, interstate transportation of firearms and ammunition to aid in the commission of a felony, and interstate transportation of stolen vehicles. He was among the 16 Puerto Rican nationalists offered conditional clemency by U.S. President Bill Clinton in 1999, but he rejected the offer. His sister, Zenaida López, said he refused the offer because on parole, he would be in ‘prison outside prison’. López Rivera was never accussed of any act of violence or having caused any death. He is said to be ‘among the longest held political prisoners in the history of Puerto Rico and in the world’. He has been jailed for 32 years and 1 day”.

 

La causa humanitaria por la liberación de Oscar unifica, sensibiliza y supera ideologías y fronteras. Como muy bien dice lo de Wikipedia, Oscar nunca fue asociado con actos que causaran muertes y lleva demasiado tiempo en prisión.

 

El tema de liberar presos políticos no es nuevo ni exclusivo de Puerto Rico. La historia es clara sobre la liberación de Nelson Mandela y sobre el momento en que el presidente Carter liberó a presos nacionalistas puertorriqueños. En el libro “Vientos de cambio”, el licenciado y maestro Rafael Hernández Colón escribe sobre los nacionalistas, que al asumir la Secretaría de Justicia en 1965, “quedaban presos veinte nacionalistas de los ochenta y siete originalmente convictos y condenados a causa de su participación en la toma de Jayuya por las armas en el 50 y del ataque contra La Fortaleza con el propósito de matar al gobernador Muñoz Marín”. Escribe también:

 

·         “Durante mis visitas a las prisiones tuve la oportunidad de conocer a algunos de aquellos nacionalistas. De los veinte que quedaban para esa fecha, diecinueve estaban en el ala norte del segundo piso del presidio en Río  Piedras y una --Blanca Canales-- en la cárcel de mujeres de Vega Alta. Recuerdo sus celdas, llenas de libros, en las cuales tuve extensas conversaciones con ellos. Entonces comenzó a madurar en mí la idea de proponerle a Sánchez el indulto de estos confinados que, encarcelados por delitos comunes, tales como asesinato, ataque para cometer asesinato, robo, incendio malicioso, e infracciones a la ley de armas, todavía se encontraban en la cárcel, por el carácter político de sus acciones, cuando ya habían cumplido tiempo suficiente para quedar en libertad bajo palabra en circunstancias normales. En las Navidades del 65, distintos sectores de opinión se pronunciaron en favor de la excarcelación de los nacionalistas que quedaban en prisión, y Sánchez solicitó de mí la evaluación de cada uno de los casos con miras a formular una política sobre la excarcelación del grupo y de cada uno de sus miembros en particular. A fines de enero, le sometí el correspondiente informe recomendando la excarcelación como política pública, añadiendo una metodología para llevarla a cabo  comenzando, de inmediato, con algunos de los nacionalistas, y continuando, a lo largo de un periodo de tiempo, con los otros, de forma tal que su reinserción en la sociedad no implicara riesgos de seguridad. Sánchez indultó a quince de los veinte nacionalistas que quedaban –ocho el último día de su mandato--, entre éstos últimos a Elio Torresola, hermano de Griselio Torresola y Juan Jaca Hernández, uno de los más íntimos colaboradores de Albizu que, junto a él, estuvo preso en La Princesa”. 

 

Hernández Colón, Sila María Calderón, Anibal Acevedo Vilá y Pedro Rosselló, al igual que el gobernador García Padilla y la alcaldesa Carmen Yulín, se han expresado a favor de que sea liberado Oscar López. La solidaridad en diversas formas es bienvenida. Es notable y aleccionador que aún en el más objetivo relato de hechos y consecuencias, siempre debe prevalecer lo humano, cristiano y compasivo.

 

Aunque no apoyo la causa política de Oscar ni avalo el delinquir para adelantar causas habiendo formas democráticas para promover propósitos (un pueblo dividido y en guerra no progresa), también hay que reconocer que en la Isla hay demasiadas fallas que ponen en duda la calidad y efectividad de nuestro sistema democrático, como los fraudes electorales y las abismales desigualdades en la aplicación de la justicia.

 

Voy más allá: La causa por la liberación de Oscar trasciende lo aplicable a un caso individual o las consideraciones sobre causas políticas y medios, al colocar sobre el tapete temas como el debido proceso en que todo convicto sea liberado habiendo cumplido la pena justa que no sea excesiva, la violación de derechos humanos y lo que pueda llegar al nivel de tortura que no debe ocurrir a la altura del siglo 21.

 

Ante quienes sean diferentes y expresen que hay temas más importantes que Oscar, mi respuesta es que aun habiendo gravísimos temas que impactan al país, el tema de Oscar es vitar por ser determinante en nuestra esencia humana y cristiana. Que siga en aumento la voz en prode la liberación de Oscar hasta lograr tan noble objetivo; que será liberación para todos al romper cadenas de confusión, insensibilidad y fanatismo.

 

¡Libertad a Oscar! ¡Libertad a las almas! ¡Libertad en el más positivo y amplio concepto que trasciende lo político, se puede lograr en toda fórmula de status al amar la patria, ilumina y consagra! La Equidad y la Igualdad Humana es buena y agrada a Dios; APOYEMOS el forjar una patria de todos en Puerto Rico.

 

--Gerardo L., Berríos Martínez

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