En momentos
en que legisladores de la Cámara de Representantes consideran el Proyecto 238
aprobado por el Senado, es propio recordar que el Senado se creció con la
aprobación de tan importante medida que busca prohibir la discriminación por
razón de género y orientación sexual en el empleo. Ese 16 de mayo de 2013 se
marcó en la historia como un gran Avance de los Derechos Humanos en Puerto
Rico. En esa memorable sesión, el senador Ángel Rosa comenzó sus palabras así:
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“Muchísimas
gracias señor Presidente, muy buenas tardes a los compañeros senadores y a los
presentes en el hemiciclo.
El
desarrollo de la humanidad, ha tenido que presenciar, en diferentes escenarios
muy distintos a este, debates sociales mucho más argüidos sobre el
reconocimiento de los derechos de los seres humanos.
Milenios
de lucha, no siglos, permitieron que en el siglo 20, los negros, las mujeres,
los niños, fueran reconocidos sus derechos, que no lo habían sido en toda la
historia que le precedió.
Y mucho
antes del siglo 20, a los perseguidos porque creían en Dios y en Jesucristo, se
les reconocía el derecho a creer en Él por un emperador romano que se llamó
Constantino, que no esperó que la mayoría de los romanos estuvieran a favor del
cristianismo para declararlo religión oficial del imperio.
Si
Constantino hubiese estado esperando que el pueblo hablara, quizás nunca
hu8biese sido legal y hubiese sido permitida la profesión de la fe cristiana
que los puertorriqueños somos...
Sin los líderes
de la sociedad democrática del siglo 20, hubiesen esperado que la mayoría de la
sociedad norteamericana estuviera a favor de los derechos de los negros, el
presidente Johnson nunca hubiese firmado la Ley de Derechos Civiles de 1964.
Y yo he
escuchado; he escuchado esta tarde aquí y he leído en el informe de la Comisión
sobre el Proyecto del Senado 238, la mención de muchos conceptos: la familia,
la igualdad, la Constitución, las instituciones, la fe, el discrimen. En el
fondo, todos esos conceptos lo que hacen es complicar demasiado lo que en
verdad es bien sencillo.
Esto no
se trata sobre eso, esto se trata en el fondo, en si creemos o no, en el primer
mandamiento que es amar al prójimo como a ti mismo. Si al creer en ese primer
mandamiento, lo trasladamos a su máxima expresión, que es al respeto por la
individualidad y por la diferencia de ese prójimo. Si tememos a Dios, si de
verdad tememos a Dios, si de verdad tenemos a Dios en nuestro corazón, ese amor
va por encima de la Constitución, va por encima de las leyes, va por encima de las
instituciones, sale del corazón”.
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Dos
puntos bíblicos dictan:
·
Sobre el Primer
Mandamiento, en Deuteronomio 6:13-14 dice: “Temerás sólo al SEÑOR tu Dios; y a El adorarás, y jurarás por
su nombre. No seguiréis a otros dioses, a ninguno de los dioses de los
pueblos que os rodean.
·
Sobre el amor al prójimo, en Mateo 22:36-40
dice: “Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento en la ley? Jesús le dijo: Amarás
al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este
es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu
prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los
profetas”.
La Palabra es para educar e inspirar y en ese sentido, Ángel Rosa dio buen y
ungido mensaje. Cuando se superan fanatismos, tergiversaciones y fronteras religiones,
y buscamos del Señor en pos de una vivencia real, positiva y fructífera,
encontramos que fue más que correcto y acertado el senador Rosa al abogar por
la “máxima expresión, que es al respeto
por la individualidad y por la diferencia de ese prójimo”.
Algo del
Creador de toda la Tierra (de un mundo sin fronteras a la humanidad) hay en la
búsqueda de la equidad y la igualdad humana; y en cada alma hay
un depósito y llamado divino, y lo mejor que define a uno es lo que uno vive
sana y constrictivamente.
El
Proyecto 238 aprobado por el Senado, busca prohibir la discriminación por razón
de género y orientación sexual en el empleo. De eso se trata; y la realidad es
que NO debe haber discrimen en contra de un ser humano que busque vivir en paz
y ganarse el pan honestamente. Así se hace y consagra patria.
¿Quién en
su sano juicio puede pensar que va en contra de la familia el buscar prohibir
la discriminación por razón de género y orientación sexual en el empleo?
La
equidad y la igualdad humana es buena y agrada a Dios; APOYEMOS que el aprobado
Proyecto 238, reciba el visto bueno en la Cámara y sea convertido en Ley por el
Gobernador; para forjar una patria de todos en Puerto Rico. Así se vivifican
valores humanos y cristianos que en verdad iluminan almas y caminos.
Oremos para que quienes estén ante
las congregaciones, NO se dañen, NO dañen y fomenten la plena abundancia de
todos en línea con la Palabra y la sana doctrina cristiana. Oremos por
legisladores y gobernantes para que mediante la nueva legislación de avanzada,
el país recupere todo lo bueno que supera religiones,
partidos y mucho. Oremos por todos para hacer y consagrar patria. Dios ilumine
a todos.
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