sábado, 4 de mayo de 2013

Dalila no siempre es Dalila


La historia de Dalila y Sansón se encuentra en el Libro de los Jueces de la Biblia. Dalila fue contratada para descubrir el secreto de la fuerza de Sansón. Logra descubrir el secreto y lo despoja de su fuerza al cortarle las trenzas de su cabello.

 

Al final, Sansón logra reconciliarse con el Señor y vencer antes de morir, pero al día de hoy se sigue viendo la imagen de Dalila como símbolo de tentación. Se emplea para advertir al hombre que no sea seducido por lo que no conviene.

                   

Es loable el buscar que no se caiga en tentación, pero es repudiable que se tergiverse el mensaje bíblico para manipular a las personas y presentar erróneamente a la belleza física como signo de vanidad o mal.

 

Aunque se pueda decir que la belleza está en los ojos de quien observa y que la belleza completa es compleja y nace del alma, la realidad es que la Belleza es Obra de Dios. NO es imposible que haya en la mujer la perfecta y armoniosa combinación de la belleza externa y la interna.

 

Gracias a Dios se ha ido superando el estereotipo de que no la belleza externa no armoniza con la belleza interna que da luz, sirve bien y agrada a Dios. En la Biblia, Ester es ejemplo de belleza física con fe, dignidad y valor. La Palabra lo confirma:

 

·         El contenido de Proverbios sobre “la mujer virtuosa” nos recuerda que no procede olvidar la humildad, que al perder valores se convierte en vanidad; que no se tome para fomentar descuido, la auto-adulación y las imposiciones que no son duraderas.

 

·         El contenido de Cantares nos recuerda que lo admirable no es pecado y que el cuido y fomento de la autoestima da nuevos niveles al amor y la consagrada pasión que redefine la belleza; que no se olvide selectivamente y no se tergiverse.

 

Con justo balance, buscando acentuar todo lo mejor, se enriquece y fructifica la vocación y se logra más. ¡Se Puede lograr el balance perfecto de paz y armonía!

 

Voy más allá: ¡ALERTA ante quienes buscan fabricar parejas y usan la etiqueta de Dalila; no pensando en fomentar la unión de una pareja en amor para Dios, sino pensando en amarrar personas a un lugar y lograr doble siembra financiera!

 

Dalila no siempre es Dalila; hay veces que los trucos, las tentaciones, las manipulaciones y las seducciones vienen de otro lugar.

 

Demos gracias a Dios por bendecir a la creación con la belleza, la inspiración, las parejas ungidas que con puro amor prevalecen y rompen moldes y estereotipos, la capacidad de discernimiento para separar al grano de la paja, y el potencial para forjar todo bien que es más que lo pequeño, efímero e intrascendente. Dios ilumine a todos.

 

--Gerardo L. Berríos Martínez

 

 
 
 
 

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