miércoles, 29 de mayo de 2013

Todo lo mejor del ser humano nace y se manifiesta desde la conciencia de que TODOS somos hijos de Dios.


No me sorprendería si en el libro de los récords Guinness (“Guinness World Records”) se afirmara que Luis Muñoz Marín fue uno de los hombres que más café tomó.

 

En su jornada fundadora, en sus tiempos de forjar patria y aún después del retiro de3 las posiciones electivas, Muñoz Marín era recibido con el aroma único del café puertorriqueño. Lo grande era que el gesto hospitalario no era solo hacia él.

 

Cuentan las crónicas de nuestros abuelos y mayores, que aún ante la escasez, se procuraba que no faltase el trago del café para el visitante porque la sana, valiente y sana conciencia de nuestros jíbaros decía: “Todos somos hijos de Dios”.

 

Con la visión de que “Todos somos hijos de Dios”, había la capacidad de perdonar y convivir, de maximizar el amor y encontrar lo que hermana, de compartir y ser solidarios. Es la visión que mejor vivifica el cristianismo.

 

En contraste, cuando se busca fomentar contiendas con teorizar que no todos somos hijos de Dios, se tiende más a lo negativo que a lo positivo, ya que los estilos de falta de humildad y de exclusión no vivifican el cristianismo.

 

Si se quiere hacer un mejor Puerto Rico, es necesario volver a lo que mejor forjaba y fomentaba la igualdad entre los seres humanos que habitamos en la Isla, que es el mejor entendimiento de que “Todos somos hijos de Dios”. Eso es Equidad.

 

Con la aprobación legislativa, y la firma del gobernador Alejandro García Padilla dada el 29 de mayo de 2013, mediante las nuevas leyes de Equidad y Avanzada en Puerto Rico se hace historia con un Gran Paso de Paz y Reivindicación en la Isla del Cordero.

 

El que coincida la firma del Gobernador de tan importante legislación con el natalicio del siempre recordado presidente John. F. Kennedy, confirma que en la vida no hay casualidades, sino causalidades; que el Creador  ha respondido afirmativamente a las oraciones, esfuerzos y perseverancia por la Equidad y la Igualdad Humana, ya que todo lo mejor del ser humano nace y se manifiesta desde la conciencia de que TODOS somos hijos de Dios. ¡Es la buena batalla de la fe! ¡Gracias y Gloria a Dios!

                                   

Aunque la legislación tuvo enmiendas, es un gran punto de partida para crecer; hay un edificante taller para seguir perfeccionando la legislación y su debida implantación. Se ha marcado en la historia como un Gran Avance de los Derechos Humanos en Puerto Rico y procede celebrar con fe, amor, perseverancia y sobre todo, Humildad.

                                     

La Equidad y la Igualdad Humana es buena y agrada a Dios; APOYEMOS el forjar una patria de todos en Puerto Rico. Las buenas leyes son instrumentos para propiciar los grandes ideales; hacerlas cumplir es compromiso de conciencia ante Dios y las almas. Con fe, respeto y equidad, una tierra consagrada en la mejor civilización es realizable.    

 

Algo del Creador de toda la Tierra (de un mundo sin fronteras a la humanidad) hay en la búsqueda de la equidad y la igualdad humana; y en cada alma hay un depósito y llamado divino, y lo mejor que define a uno es lo que uno vive sana y constrictivamente. Todos somos hijos de Dios. Dios ilumine a todos.

 

--Gerardo L., Berríos Martínez

 

·         “Oh, Señor, hazme un instrumento de Tu Paz. Donde hay odio, que lleve yo el Amor”. –San Francisco de Asís

 

·         “This Nation was founded by men of many nations and backgrounds. It was founded on the principle that all men are created equal, and that the rights of every man are diminished when the rights of one man are threatened”. –John. F. Kennedy

 

·         “I have a dream that one day this nation will rise up and live out the true meaning of its creed: ‘We hold these truths to be self-evident; thal all men are created equal’.” –Martin Luther King

 

·         “Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento en la ley? Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas”. --Mateo 22:36-40

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