miércoles, 12 de febrero de 2014

El Programa de Asistencia Nutricional abona a humanizar y cristianizar la gestión gubernamental.


·         “La misión del alma humana es darle al hombre oportunidades iguales frente a las desigualdades de la geografía, de la naturaleza, de la historia.” –Luis Muñoz Marín

Toda persona que trabaja y no necesita recibir los beneficios del Programa de Asistencia Nutricional (PAN), en vez de atacar a quien participa en el Programa, debe dar gracias a Dios por las bendiciones, y buscar canal de bendición. En la vida, las victorias son para dar buen testimonio, y nadie está exento del dolor, la prueba y el momento difícil, por lo que procede la humildad y la empatía; sembrar y hacer el bien.

El Programa de Asistencia Nutricional, al que muchos todavía le llaman “cupones” porque en su origen fue llamado Programa de Cupones para Alimentos, es un programa de justicia y sentido cristiano, y al mismo tiempo, es incomprendido en toda su magnitud e impacto positivo, y lo atacan.

El Programa de Cupones para Alimentos fue un gran logro como auxilio a las personas en tiempos de crisis y al mismo tiempo, un incentivo al comercio que es importante en el desarrollo económico. Hoy, el Programa sigue siendo importante para auxiliar a quienes enfrentan escasez o una situación de emergencia.

Ante lo escrito por el señor Juan Eugenio Hernández Mayoral, Director de la Administración de Asuntos Federales de Puerto Rico, sobre los beneficios del PAN y el que siga el 25% de pagos mensuales en efectivo, procede agradecerle y bendecirle.

Objetivamente, ante el issue de que haya quienes empleen el 25% en efectivo mal, como alimentando el alcoholismo que tanto daño hace a las familias, lo que procede no es la eliminación, sino atención del Departamento de la Familia al particular.

Es propio que debe haber sumo sentido de sensibilidad y de responsabilidad, para no perder de perspectiva lo humano y el debido proceso, y no optar por remedios que sean peores que la enfermedad que se desea curar. Con más insensibilidad, falta de equidad y miseria, no se progresa mucho. Procede recordar una cita de 1975 del maestro y prócer Luis Muñoz Marín:
·         “Le regalan mucho –como los cupones de alimentos--, pero ¿cómo nos va a dar el corazón para que no le regalen cupones de alimentos a los que tienen poco si nuestra sociedad no le regatea nada a los que tienen mucho?” (Ver la cita en carta publicada en el libro “Luis Muñoz Marín, Memorias 1898-1940)

El que se necesite promover más progreso y equidad en el país, no significa que sea malo contar con programas que fomentan lo humanitario; ya que lo humanitario es mucho más que los casos en que se abusa del beneficio, e infinitamente más que las conciencias que en enfermizo egoísmo no logran compartir en el nivel que edifica y agrada al Señor. Diariamente somos llamados a crecer como individuos y sociedad. No es imposible perfeccionar programas para propiciar eso. No es imposible lograr soluciones salomónicas y forjadoras. Dios ilumine a todos.

·         “…hay fuerzas más grandes que el producto económico total de un pueblo; esas fuerzas son: la pasión de la justicia y la grandeza de las almas”. –Luis Muñoz Marín

·         “Es menester que nuestro progreso sea de tal forma equilibrado que permita a todos los trabajadores progresar juntos. El progreso de unos no puede ser a costa de la miseria de otros. La miseria de todos, tampoco puede significar progreso para alguien. Es menester que, de nuestra obra y de nuestro quehacer, surja un sentido de equidad y justicia en el orden social, y un convencimiento en todos los puertorriqueños de que nuestra comunidad, nuestro bienestar, nuestro progreso, merecen su lealtad primaria por encima de todo partidismo, sectarismo, interés particular o ideología”. –Rafael Hernández Colón



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