miércoles, 5 de febrero de 2014

La degradación del crédito no es algo apocalíptico; que sea oportunidad para hacer y consagrar patria.


·         “…hay fuerzas más grandes que el producto económico total de un pueblo; esas fuerzas son: la pasión de la justicia y la grandeza de las almas”. –Luis Muñoz Marín

El que debe haber unidad de pueblo para enfrentar la degradación del crédito, no significa que sea imposible buscar causas y examinar las realidades y decisiones administrativas de otros años.

Todo análisis merece atención, así como el entendimiento para reconocer que al gobernar y administrar, hay que hacer todo lo posible para que el país no se detenga y no se le prive de vitales servicios.

Nadie tiene el monopolio de la verdad y todos tienen una parte de verdad. Por ejemplo, el que en un análisis se indique que la administración Hernández Colón “vendió las Navieras” es un error, ya que fue la administración Rosselló la que vendió las Navieras. El que la administración Hernández Colón consiguiera el programa de cupones y la Sección 936 en tiempos de crisis económica mundial, es ejemplar y supera críticas.

Las administraciones más elogiadas y respetadas han sido las de Luis Muñoz Marín y Roberto Sánchez Vilella. Objetivamente, con las mejores intenciones la administración Ferré comenzó la práctica de inversiones millonarias en obras sin considerar costos a largo plazo. El cálculo electoral es una realidad que se debe perfeccionar.

No obstante lo anterior, la administración Ferré tuvo la capacidad de no actuar en contra de los incentivos industriales. Es decir, aún sosteniendo Luis A. Ferré la búsqueda de la Estadidad, no tomó la ruta de buscar la ruina de la Isla como Estado Libre Asociado para que desesperadamente se reclamara la Estadidad.

La administración Romero no tomó esa ruta, de inmediato procedió a trastear con los incentivos industriales y para el ’82 ya la Isla había alcanzado el nivel de desempleo más alto de su historia. Es gracias al cambio del ’84, que la administración Hernández Colón promueve la paz, y la estabilidad de la Sección 936 como pueblo unido.

La administración Rosselló incrementa la tendencia de grandes inversiones buscando el impacto electoral sin considerar las consecuencias futuras de costos. Hubo serios daños al no defenderse ante el Congreso la Sección 936. Al perderse el sentido de progreso como pueblo unido, demasiado se perdió y merece consideración también, el tema de los efectos de la corrupción gubernamental. Desde esas realidades, ha sido ardua la tarea para las siguientes  administraciones.

La administración Calderón heredó un complicado cuadro, en que fue loable buscar dar atención prioritaria a los más necesitados. La administración Acevedo Vilá enfrentó 4 años de tranque con la Legislatura. La administración Fortuño contó con el mayor apoyo electoral, pero sin buena dirección al imperar el “such is life”.

Hoy somos convocados a unir, restaurar y refundar. Veo que la gesta fundadora de Muñoz Marín confirma que podemos levantarnos nuevamente; que la capacidad administrativa de Sánchez Vilella confirma que podemos hacer mucho con lo que tenemos; y que la hazaña de defender bien la Sección 936 en la administración de Hernández Colón confirma que como pueblo unido, podemos ser eficaces en todo foro. Que impere el patriotismo y no el cainismo; ¡Ahora es que vamos!

La Biblia establece el orar por las autoridades. Ahora más que nunca TODOS bendiciendo y forjando. Vivimos tiempos retadores y el país nos necesita a todos. Son tiempos en que más se necesita la inspiración fundadora al nivel enseñado por Luis Muñoz Marín, unir generaciones y motivar para la nueva y gran hazaña del siglo 21. Son tiempos en que más se necesita creatividad y pleno progreso con equidad.

Es de suma importancia, fomentar la descentralización y la municipalización (lo que es democratización), y que sea el Puerto de las Américas Rafael “Churumba” Cordero Santiago, como proyecto que integre a todo el país y potencie su rol internacional, el punto de partida de un nuevo modelo de desarrollo socio-económico. El país necesita que todo eso se logre cumplir a cabalidad para bien de todos.
La degradación del crédito no es un tema apocalíptico. Que sea la perfecta oportunidad en un mundo imperfecto, para hacer y consagrar patria. Dios ilumine a todos. Adelante.

·         “Mi administración no será la responsable de esta degradación, pero me hago responsable de sacar al país de ella”. –Alejandro García Padilla”.


           



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