En el mensaje inaugural de Luis Muñoz Marín como
Presidente del Senado, el 10 de febrero de 1941, dijo en parte lo siguiente:
·
“La causa
fundamental que nos ha traído a este sitio, en esta situación, es la capacidad
natural de nuestro pueblo para entender lo que significa la democracia.
La rápida comprensión por parte de la masa de nuestro
pueblo, en campos y poblaciones, de su misión y de su poder dentro de los
principios de la democracia ha sorprendido a muchos puertorriqueños que no
creían en nuestro pueblo porque habían dejado de creer en ellos mismos. Y ha
sido causa de admiración lejos de las playas de Puerto Rico —hacia el norte y
hacia el sur—. Me siento confiado en que, con la cooperación de todos, tanto en
la Cámara como en este Senado, se hará cada día más efectiva la educación
democrática de nuestro pueblo...
¿Cuál es nuestra misión aquí? ¿Qué es lo que podemos
hacer aquí en la Asamblea Legislativa donde se hacen las leyes?
Podemos obedecer el mandato del pueblo o podemos no
hacerle caso al mandato del pueblo. Podemos proceder como el pueblo con sus
votos ordenó que se procediera. O podemos proceder en forma enteramente
contraria a la que el pueblo ordenó con sus votos. Podemos cumplir los
propósitos a base de los cuales votó el pueblo. O podemos olvidarnos
enteramente de esos propósitos y hacer arbitrariamente lo que queramos. Pero si
cumplimos el mandato dado por el pueblo, ¡esa es la democracia! Y si no
cumplimos el mandato dado por el pueblo, si nos dedicamos a hacer lo que nos
venga en gana, o lo que personalmente más nos convenga o lo que sea de utilidad
a una mera maquinaria política, ¡entonces eso no será la democracia! ¡Eso sería
el sabotaje de la democracia! Llevar a cabo lo que el pueblo ordena es agotar
todo esfuerzo para cumplir los propósitos anunciados públicamente durante la campaña,
a base de los cuales se le pidió al pueblo que diera sus votos.”
El domingo 18 de octubre de 2013, al celebrar la Convención
del Partido Popular Democrático los 75 años del Partido de historia y
trascendencia, los mensajes del presidente de la Cámara de Representantes,
Jaime Perelló, y del presidente del Senado, Eduardo Bhatia, estuvieron a la
altura de esos principios.
Fue grato llegar al evento con la Delegación de Ponce
(cuna del autonomismo, cuna de Rafael Hernández Colón y Rafael “Churumba”
Cordero Santiago, e indispensable para retomar la visión mayor y así potenciar
el nuevo impulso del sur y la patria entera).
Fue acertado Perelló en el enfoque de solidaridad, y fue
acertado Bhatia al establecer con energía que hay que explicar la buena oba de
restauración, defender la buena causa y con el “ca…jo” que tanto se ha estado
tergiversando y sacando de contexto, logró transmitir el alma del pueblo que
desea que se gobierne a la altura del mandato de cambio para hacer patria dado
en las urnas. ¡Eso es dar a respetar!
No se trata del fanatismo que no exige sabios
cumplimientos ni del egoísmo que pierde perspectiva. Se trata de la capacidad
de reconocer realidades y aplicar que “el precio de la democracia es la
constante vigilancia”. Objetivamente, el republicanismo NO es mejor opción, del
PPD se espera más por su raíz y capacidad, y se combina el reconocimiento de
que la pasada administración dejó un desastre y de que hay que acelerar la
marcha de la restauración y de hacer justicia.
Así, que tenga poder el mensaje de la gloriosa
Convención Popular y del pueblo, de perfeccionar la ruta, de apoyar lo correcto
y de que no haya indiferencia hacia quienes han esperado demasiado por una mano
amiga. Dios ilumine a todos.
--Gerardo
L. Berríos Martínez
·
“A
través de los propósitos claramente ordenados por el pueblo en las elecciones,
a través de legislación específica que busca la ruta de realización de esos
propósitos, a través del tráfago de su espíritu y de su entendimiento en el uso
de la democracia, el Pueblo de Puerto Rico lo que necesita, lo que reclama, con
lo que se conforma, es con lo que se reduce a estas dos palabras: trabajar y
vivir, trabajar en honrado esfuerzo y en oportunidad razonable; vivir en
modesta seguridad y en dignidad de alma”. –Luis Muñoz Marín
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