martes, 6 de agosto de 2013

Sobre el tema del status político de Puerto Rico y más allá: Recordemos lecciones de la historia y llamados de generaciones.


En la forma más resumida:

·         De 1989  a1991 hubo un proceso plebiscitario. Aunque no se logró la celebración de la consulta, sí se lograron grandes y profundos estudios con gran vigencia. Se buscó en el ‘91 garantizar unos derechos y unas bases de proceso justo para todos para futuras consultas, pero el cainismo lo impidió.

·         El entonces gobernador Rafael Hernández Colón, en cumplimiento del compromiso programático de 1988, comenzó el proceso mediante el diálogo.

·         En todo momento, Hernández fue claro en la postura de que “cualquier proyecto plebiscitario que no comprometa al Congreso con sus resultados es inaceptable”.

·         Se comenzó a trabajar con el Proyecto del Senado Federal 712 y luego se trabajó con el Proyecto 244 (en la Cámara Federal también había legislación en curso).

·         El 27 de febrero de 1991 el Proyecto 244 fue derrotado en la Comisión de Energía y Recursos Naturales del Senado Federal; 7 republicanos y 3 demócratas votaron en contra del Proyecto aduciendo objeciones a la opción de la Estadidad. El 8 de marzo, se indicó que si el Senado no actuaba, la Cámara no actuaría. Hasta el día de hoy, se proyecta que sigue ese tipo de objeción; y el país necesita que todos los líderes de todas las ideologías se pongan de acuerdo para el adelanto socio-económico del país en cualquier fórmula de status que prevalezca (en áreas con lo fiscal y contributivo, la producción y la mejor calidad de vida). Se le llama “Pacto Social” a ponerse de acuerdo en seguir encaminando proyecto claves indistintamente de resultados electorales y cambios de gobierno.

 

Más allá de las interpretaciones o si es está o no de acuerdo, al no haber funcionado las consultas criollas, merece su oportunidad la Constituyente para tratar con Estados Unidos el tema del status en pos de soluciones reales.

 

En el tema de status político, una Constituyente bien desarrollada con la participación justa de todos los sectores ideológicos, puede ser un buen foro para definir fórmulas y procesos, y que se acuerde aceptar el mandato de las urnas para no caer en una batalla sin punto final. Una Constituyente no es cuartos oscuros, es un gran foro que bien desarrollado, supera la politiquería, el partidismo y los límites de cuatrienio.

 

Aunque veo que el ELA no es colonia y es una alternativa válida y aceptable (en mi texto anterior presenté algunas bases), los niveles de insatisfacción en el país y serios problemas socioeconómicos, aunque no todos se relacionan con el status y requieren profundizar en otras áreas, confirman que se necesita un proceso de diálogo y mecanismos como una Constituyente para poder llegar a un punto en que se respete la voluntad democrática en el debido proceso.

 

Voy más allá: Recordemos siempre que la fórmula de status no es un fin en sí, sino un instrumento de trabajo. Supera a toda fórmula de status político, la capacidad de encontrar soluciones salomónicas. Todos estamos en la misma Isla y un hogar dividido no progresa. Que prevalezca la voluntad diaria de consagrar cada día una vida que siembra y sirve bien, y la decisión de buscar hacer patria en todo escenario. Dios ilumine a todos.

 


 

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