lunes, 26 de agosto de 2013

La Humildad, NO es sinónimo de Pobreza; la Humildad es hacer de la vida, una causa para vivir, hacer y sembrar el bien con amor.


Amén a que Humildad, NO es sinónimo de Pobreza. .Es cierto que al ser pobreza “escasez”, hay muchos tipos de pobreza. También existen los niveles de riqueza que superan lo material. Pienso que Humildad NO es sumisión o humillación, es reconocer la compartida realidad humana con virtudes y defectos y desde ahí, buscar crecer cada día. En ese nivel NO se opta por ser víctima o por aplaudir lo incorrecto para buscar unas “ventajas” que en realidad no lo son, sino por altos niveles de fe, respeto y valor.

 

El real crecimiento viene de adentro y fomenta paz. Ciertamente el culto a la pobreza NO sirve bien y NO es de Dios. Recordemos que Jesús dijo que vino para que tengamos “vida en abundancia” (Ver San Juan 10:10). Las manipulaciones para obtener dinero a toda costa y alimentar apetitos desmedidos tampoco son de Dios. Pienso que la abundancia que fomenta Jesús, toca tanto lo material como lo espiritual.  

 

Cuando hay abundancia o por lo menos recursos suficientes, hay recursos para hacer el bien y no ser carga. Eso no es cuestión de cantidad, sino de calidad al dar de lo mejor que se puede. Eso es sembrar. Hay muchos géneros de semilla, por lo que es sabio profundizar en la conciencia de siembra, abono y abundante cosecha sana.

 

Así, es bueno enfocarnos en las lecciones que educan para la siembra de hacer el bien a los demás, partiendo de la sana autoestima.

 

Muchas páginas requerirían el analizar cada género de semilla, como amor, perdón, misericordia, apoyo, buen consejo, respeto, excelencia en el trabajo, dignidad en la obra, honor en los cumplimientos, solidaridad, ayuda al necesitado, visita a enfermos, etc. Para ver un punto que puede trascender y ejemplificar mucho más, para mí, “cosecha sana” es buscar prosperar con sana conciencia.

 

Por ejemplo, no veo mal aspirar a la sobreabundancia (comprendiendo que el concepto abundancia es relativo porque para cada alma, la abundancia que le llene será algo particular). La gran pregunta es: ¿Para qué ser prosperado?

 

No es lo mismo buscar abundancia para satisfacer un ciego egoísmo y placeres en forma desordenada, que para vivificar el más puro y consagrado amor. No es lo mismo buscar abundancia para mera imagen o dañar, o para satisfacer un enloquecido consumo, que buscar ser bendecido para bendecir.

 

En fin, la Humildad, NO es sinónimo de Pobreza; la Humildad es hacer de la vida, una causa para vivir, hacer y sembrar el bien con amor. Dios ilumine y prospere a cada alma que lea estas palabras; con la sinceridad, humildad y voluntad de hacer de cada decisión de prosperar para bien, una oración de común acuerdo para desarrollar nuevos testimonios de reales victorias a ser consagradas y dar luz. Adelante…

 


 

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