El 24 de agosto de 2001, la gran alma con dones, belleza inenarrable, energía,
llamado único y presencia sin igual con el nombre artístico de Melina León, promocionaba el disco “Corazón de Mujer” en Plaza
Las Américas, y el 25 de agosto lo promocionó en Centro del Sur en Ponce.
Estuve
presente en ambos eventos y fue tan significativa
esa bendición en el contexto mayor, que comencé
en ese tiempo nuevos pasos de fe en la Iglesia y más allá. Cada
producción de Melina es excelente y sigue brillando este disco que
tiene lecciones de vida con gran vigencia.
Es edificante y más, recordar,
celebrar y consagrar esa obra, tanto que inspira y su trascendencia.
Siempre tiene
vigencia recordar el disco de Melina titulado “Corazón de
mujer” (entendiendo que cada disco de
Melina es una exaltación de la excelencia hacia su máxima y más pura
expresión).
Es un disco que exalta la
esencia de la mujer y lo que hace a un hombre de verdad.
Es un disco con el mensaje
propio para todos los pueblos y almas del mundo.
Melina León es Gran Embajadora de Encanto,
Voz Luminosa y Buena Voluntad.
Es Grande porque nos recuerda que “cristianismo”
es sentido de vida en la realidad humana; una naturaleza revolucionaria al
palpitar, al ver, creer, pensar y hacer.
Es Grande porque nos recuerda que el Creador habla en las
formas que mejor propician jamaquear mentes y corazones en pos de que seamos
mejores seres humanos. Por eso, Melina es solidaria con las causas justas. Dios emplea
los medios que Él desea para responder,
obrar y edificar; Melina
León es uno de esos selectos medios que emplea el Altísimo.
Confirma Melina que se descubre el mayor tesoro con la
visión de que en verdad Dios se creció al crear a la mujer. Hay grandeza en
cada mujer que redefine y perfecciona el concepto “belleza”. En todo tiempo, recordemos
que el Señor quiere que seamos sabia y fructíferamente bendecidos y prosperados,
con la trascendencia de que la real bendición suma PAZ.
En febrero del 2013 Melina recibió en Washington DC la
Medalla “American’s International Ambassadors”, luego se destacó en Argentina,
y el 25 de agosto se presenta en Atlanta. Doy gracias a Dios porque ella merece
eso y más, porque es más que todo lo que puedo expresar. Sigamos bendiciendo a
Melina León que es Gran Embajadora; Gran Luz desde Puerto Rico al mundo porque su
creciente hermosura confirma que puede haber belleza externa desde la mayor
belleza interna.
Se crece en el
caminar, se ve mejor desde el orar y se vive mejor desde el amar. Hacer el bien
con sabiduría nos define mejor. Somos llamados a la consagración que es fe en
acción. En la vida como
causa de amor, que lo vivido sea prólogo a lo mejor a consagrar y testimoniar.
Gracias Señor por lo vivido los días 24 y 25 de agosto de 2001 y por la
evolutiva perspectiva de perseverancia.
--Gerardo L. Berríos Martínez
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