viernes, 2 de agosto de 2013

Nota Aclaratoria sobre el status político de Puerto Rico:


Las expresiones de congresistas y funcionarios de turno, NO son más que la historia y base que da validez y plena dignidad moral y política al Estado Libre Asociado.

 

Los pueblos que reconocen y fomentan sus logros, son pueblos con mejor capacidad de unificación y crecimiento integral.

No está bien el culpar por todo mal a la fórmula de status político y como muestra, en Estados Unidos no se hubiese concebido el destruir todo su sistema democrático-constitucional por los embates de la crisis del petróleo, conflictos como Vietnam o Watergate, o sucesos como el 9-11 que sigue teniendo impacto.

                                                           

El ELA es fruto del más democrático y admirable proceso. Lo significativo es que el ELA tiene gran historia por las esencias de pueblo y patria. La realidad es que el ELA es ampliamente reconocido y validado.

                

Lo primero internacional que valida al ELA es La Resolución 748, mediante la cual, la Asamblea General de las Naciones Unidas celebró el proceso que ponía fin a la clasificación de Puerto Rico como colonia y dijo entonces que “reconocía que el pueblo del Estado Libre Asociado de Puerto Rico, al expresar su sentir de forma libre y democrática, ha alcanzado un nuevo status constitucional” y que “el Pueblo del Estado Libre Asociado de Puerto Rico ha sido investido con atributos de soberanía que claramente identifica el status de gobierno propio alcanzado por el pueblo de Puerto Rico como el de una entidad política autónoma”.

 

Además, la Resolución 2625 reconoce en “El principio de la igualdad de derechos y de la libre determinación de los pueblo”, lo siguiente: “El establecimiento de un Estado soberano e independiente, la libre asociación o integración con un Estado independiente o la adquisición de cualquier otra condición política libremente decidida por un pueblo constituyen formas del ejercicio del derecho de libre determinación de ese pueblo”.

 

Es decir: Es falso argumentar que el ELA no es opción y que se tiene que tomar un camino en específico por el llamado “derecho internacional”, ya que en las más simples y directas palabras: Todos los principios en derecho y procesales, se fundamentan en que lo que debe imperar es la libre y sabia voluntad del pueblo.

 

El ELA también ha triunfado en el terreno judicial. Por ejemplo: En 1967, el Tribunal Supremo de Estados Unidos adjudicó el caso de Afroyim v. Rusk sobre la ciudadanía americana, lo que puso fin a la teoría engañosa de que se podía perder la ciudadanía bajo el ELA. En 1953, en el caso Mora v. Mejías, la Corte de Circuito establece: “Puerto Rico has thus not become a State in the federal Union like the 48 States, but it would seem to have become a State within a common and accepted meaning of the word … It is a political entity created by the act and with the consent of the people of Puerto Rico and joined in union with the United States of America under the terms of the compact”.

 

Es decir: Se reconoce la validez del ELA. Los casos electorales, como los pavazos y los pivazos, son gran ejemplo en que se valida la autoridad del ELA para establecer el gran principio de la voluntad del elector. No olvidemos que la Constitución del ELA reconoce la soberanía del pueblo y su suprema expresión en las urnas.

 

El ELA es un pacto democrático que ha funcionado bien y sirve. Sin embargo, con el paso del tiempo, se ha considerado pertinente revisar términos de ese pacto para dar mayores poderes a la Isla en temas controlados por el nivel federal. Eso NO significa eliminar el pacto o que no sirva, sino perfeccionarlo. De ahí surge el nombre de “Nuevo Pacto”. En la medida que la generosidad, el cristianismo y el patriotismo prevalezcan en forma sabia y salomónica, redescubriremos la gran herramienta de estabilidad y progreso que es el ELA en la base de la unión permanente de PR con EEUU.

 

Aunque el ELA no es colonia y es una alternativa válida y aceptable, genuinas inquietudes, ciertos niveles de insatisfacción y serios problemas socioeconómicos que requieren todo lo mejor de talentos solidarios e intelecto edificante, confirman que se necesita un proceso de diálogo y mecanismos como una Constituyente para poder llegar a un punto en que se respete la voluntad democrática en el debido proceso.

 

Recordemos que el gran ideal NO está en una fórmula de status político, sino en la inmensa obra humana a desarrollar. Los logros del ELA no son un recuerdo nostálgico pasado, son la zapata que nos llama hoy a edificar más. Es la base de la verdad y la sana autoestima, lo que nos convoca a realizar las hazañas del siglo 21 con la misma fuerza de pueblo unido y visionario con que una vez dijimos “Manos a la Obra”.

 

El caso de Puerto Rico no es de naturaleza colonial, sino de buscar perfeccionar su realidad. No se trata de que el ELA no sirva. La evidencia confirma que el ELA sirve y es buena zapata para construir. Se trata de atender temas pendientes y actualizar lo iniciado al crearse el ELA, en temas como la Ley de Cabotaje, elevar a rango constitucional la autonomía municipal, y otros.

 

En el tema de status político, una Constituyente bien desarrollada con la participación justa de todos los sectores ideológicos, puede ser un buen foro para definir fórmulas y procesos, y que se acuerde aceptar el mandato de las urnas para no caer en una batalla sin punto final. Lo que hace a algo es su esencia y no un nombre. Dios ilumine a todos en la Isla del Cordero.

 

·         “Con fuerza en la voluntad y luz en la cabeza y paz en el corazón puede hacerse un destino que sea de vida y no de destrucción”. –Luis Muñoz Marín

 


 

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