Procede recordar que
para el vocabulario, hubo un tiempo en que “autonomista” se refería a lo que
hoy se identifica como “soberanista”, y a quien adoptaba una postura
conservadora se le llamaba “estadolibrista”. Desde la
más abarcadora perspectiva, “soberanista” y “autonomista” son sinónimos.
Voy más
allá: NO hay que temer o sentir aversión hacia las palabras “soberanía” o
“soberanista” en el mejor sentido, que es grande en la búsqueda de maximizar
todo lo positivo y constructivo. Ese concepto ya está en el ELA y hasta
estadistas han hablado en pro de un “Estado Soberano”.
Una
fórmula de status NO es un fin en sí, un ideal sagrado o una varita mágica. Una
fórmula de status ES un instrumento para servir al pueblo y es necesario
coincidir en causas que superen diferencias y fronteras partidistas, como la
equidad y proyectos de democratización, municipalización y potenciación.
En la
Constitución se reconoce la soberanía así:
·
“Se constituye el
Estado Libre Asociado de Puerto Rico. Su poder político emana del pueblo y se
ejercerá con arreglo a su voluntad, dentro de los términos del convenio
acordado entre el pueblo de Puerto Rico y los Estados Unidos de América. El
gobierno del Estado Libre Asociado de Puerto Rico tendrá forma republicana y
sus Poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial, según se establecen por esta
Constitución, estarán igualmente subordinados a la SOBERANIA del pueblo de
Puerto Rico”.
Podemos
coincidir en el nivel de soberanía que supera teorías, en alianzas
edificantes, amor a la patria y una causa común por
Puerto Rico. Dios ilumine a todos.
·
“…hay fuerzas más grandes que el producto económico
total de un pueblo; esas fuerzas son: la pasión de la justicia y la grandeza de
las almas”. –Luis Muñoz Marín
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