Es cierto que en la Biblia se
destaca la genuina adoración y alabanza; y que quienes están en las vocaciones
de consagración musical necesitan la cobertura de oraciones y consejos sabios por
las tentaciones que enfrentan. La música edifica y recuerdo el pensamiento de
que cantar es como orar dos veces; y en Juan 4:23-24 dice: “Mas la hora viene,
y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en
verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. Dios es
Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren”.
Sin embargo, lo que se conceptualiza
dentro de “música sacra” se desvirtúa cuando se tergiversan y manipulan sabios
principios bíblicos para enfocarse más en lo coreográfico que en el corazón
sincero, o para buscar obligar a escuchar y patrocinar solo un tipo de música y
personas en específico por un afán desmedido de lucro.
Deformar lo sagrado para buscar sacar
el máximo de cada bolsillo, es un acto de delincuencia. Sacar de proporción lo
de la “música sacra” para buscar evadir la obra social que define la vivencia
cristiana e imponer que con tener una colección de discos y sintonizar lo mismo
fuese todo, es un engaño.
Ser “cristiano” no es
religión, un género musical o una marca comercial. Ser “cristiano” no es ser
perfecto o inmune a lo que afecta al mundo. Ser “cristiano” es ser creyente; lo
que infunde una naturaleza revolucionaria al palpitar, al ver, creer, pensar y
hacer. Oremos para en todas las congregaciones, se perfeccione el mensaje sobre la
fe con obras y el sentido de la realización que abona a una digna vida plena que
agrada al Creador, para que cada testimonio sea faro de paz, amor y verdad.
·
“Y al siervo inútil echadle en las tinieblas de afuera:
allí será el lloro y el crujir de dientes. Y cuando el Hijo del hombre venga en
su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará sobre el trono
de su gloria. Y serán reunidas delante de él todas las gentes: y los apartará
los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos. Y
pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a la izquierda. Entonces el Rey
dirá a los que estarán a su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el
reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo. Porque tuve hambre,
y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui huésped, y me
recogisteis; Desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; estuve en la
cárcel, y vinisteis a mí. Entonces los justos le responderán, diciendo: Señor,
¿cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos? ¿ó sediento, y te dimos de
beber? ¿Y cuándo te vimos huésped, y te recogimos? ¿ó desnudo, y te cubrimos? ¿O
cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos á ti? Y respondiendo el Rey,
les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis
hermanos pequeñitos, a mí lo hicisteis. Entonces dirá también a los que estarán
a la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el
diablo y para sus ángeles: Porque tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve
sed, y no me disteis de beber; Fui huésped, y no me recogisteis; desnudo, y no
me cubristeis; enfermo, y en la cárcel, y no me visitasteis. Entonces también
ellos le responderán, diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, ó sediento,
ó huésped, ó desnudo, ó enfermo, ó en la cárcel, y no te servimos? Entonces les
responderá, diciendo: De cierto os digo que en cuanto no lo hicisteis a uno de
estos pequeñitos, ni a mí lo hicisteis”. --San Mateo
25:30-45
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