Conocí a
Roberto Cruz Rodríguez cuando él no tenía idea de llegar a ser Legislador y
este servidor no visualizaba llegar a ser parte de su equipo de trabajo. Ambos
apoyábamos al Partido fundado por Luis Muñoz Marín desde la base.
En el
resultado electoral de 1984, objetivamente hubo un gran fortalecimiento del
Partido Popular Democrático (PPD) en Ponce y Rafael Hernández Colón ganó por
primera vez en su Ciudad natal; pero unas disputas primaristas impidieron que se
rescatara la Alcaldía por un margen de poco más de 200 votos.
En la elección
de 1988, se celebró el Cincuentenario del PPD. Por los notables logros
socio-económicos dados en el cuatrienio de 1985-88, el resultado electoral fue
de Victoria Popular; en Ponce volvió a triunfar Hernández Colón y fue electo
por primera vez como Alcalde de la Ciudad Señorial, Rafael “Churumba” Cordero
Santiago.
A nivel
legislativo, en esa elección un joven líder ponceño aspiró por primera vez a
ser Legislador por el Distrito 24 de Ponce y fue electo: Roberto Cruz
Rodríguez. Gratos y grandes son mis recuerdos de esa campaña.
Por ejemplo,
para ese tiempo estaba de moda pintar la propaganda en planchas de madera con
moldes y pintura de spray. Recuerdo cómo con una navaja le daba forma a esos
moldes de duro cartón. Fue una campaña con poco dinero en que toda la familia
se integró; la familia creció. Con el paso de los años, cada vez que recuerdo
esas vivencias siento gran emoción y hasta le dedico un pensamiento especial a
quienes hoy no están. La foto me trae grandes recuerdos y lecciones…
Hoy se podría
pensar que era imposible ganar con tan pocos recursos. Pienso que hubo un claro
y evidente favor de Dios ante corazones tan apasionados y comprometidos;
voluntades que con humildad dieron lo mejor de sí. Como decía en forma
sencilla, directa y efectiva el broshure de campaña de Roberto:
·
“No traerá un catálogo de falsas promesas para cazar
votos. Traerá el mejor esfuerzo y la mayor dedicación para convertir la
esperanza en realidad. Se trata de una lucha para unir por encima de cualquier
diferencia”. Lo prometido fue cumplido.
Desde Ponce se
afirmaron grandes principios de municipalización y descentralización que sirven
bien a toda la Isla, en que tuvo gran relevancia la presencia del legislador
Roberto Cruz en las comunidades. Su labor legislativa estuvo bien enfocada,
contó con un excelente equipo de trabajo y no cayó en corrupción. Dio cátedra
humana y cristiana en lo que mejor define a uno que es lo que se vive honesta y
dignamente.
Fue Roberto un
excelente y ejemplar legislador que rompió moldes y superó estereotipos.
Respetaba la opinión diferente (como muestra de esa madurez moral e
intelectual, en procesos primaristas no iba con eso de que el que estuviese con
él tenía que apoyar incondicionalmente a todos los que él apoyase) y todos,
desde el niño hasta el anciano, podían encontrar en él el trato de altura.
Hizo de la
oficina legislativa un foro de buen servicio y una gran escuela. Supo dar
importancia a toda iniciativa positiva y apoyo a entidades comunitarias. Por
ejemplo, recuerdo los torneos, el empeño de atender los planteamientos de
ciudadanos y organizaciones en la mejor forma posible, las medidas legislativas
y la forma en que los donativos dados con sabiduría fructificaban en beneficio
de todo un pueblo.
Hoy nostalgias
y añoranzas, combinan la gratitud con los buenos deseos y al mismo tiempo, se
confirma ante realidades y llamados, que desde Ponce siguen brillando grandes
ideas de potenciación para perfeccionar la democracia de la patria entera.
Gracias a Marlese
Sifre por una foto que me trae grandes recuerdos y lecciones… En tiempos
retadores, invito a ver que lo más revolucionario es lo más constructivo;
seamos todos parte de una nueva jornada de fe, amor y valor, con el ánimo de
que somos la esperanza. Puerto Rico necesita crecer como ELA (bien fundado en
1952) y progresar con equidad, municipalización y democratización. Eso debe
surgir de Ponce. Dios ilumine a todos.
·
“Vamos adelante hacia el fin de este segundo milenio, con
paso firme, en ruta ascendente, con voluntad inquebrantable, con miras claras,
con confianza.
Vamos hacia el fin de siglo, cogidos de la mano, haciendo
patria, ancha y generosa para todos los hijos de esta bendita tierra.
Compatriotas, hermanos puertorriqueños todos: ¡Vamos por
buen camino!”
--Rafael Hernández Colón, 1988
·
“Guiados hoy como ayer, por esos ideales, somos el
Partido de más larga historia en Puerto Rico. Ningún otro partido ha luchado
tanto ni ha hecho tanto por Puerto Rico. A la vez, somos el Partido más joven,
porque la juventud de los partidos no se mide por la fecha de su fundación,
sino por la intensidad con que las nuevas generaciones se identifican con los
ideales que dieron vida a un partido. Y nosotros los populares tenemos un
compromiso irrevocable con la democracia, la justicia social, la igualdad de
oportunidades y con hacer una prosperidad para este país que sea justa y
duradera para todos.
Y hemos venido aquí a reafirmarnos en esos ideales. Como
lo hice yo ante el cuerpo presente de Don Luis Muñoz Marín. Dije en
Barranquitas aquel día de profundo dolor: ‘Maestro, lucharemos día tras día
para mantener la integridad y la dignidad de nuestro pueblo; quemaremos
nuestras vidas para que Puerto Rico alcance su gran aurora de justicia. No, los
puertorriqueños no te traicionaremos porque frente a las circunstancias más
adversas, tú nos enseñaste que tenemos dentro de nosotros mismos la fuerza para
superarnos; y en nuestros votos, los instrumentos para canalizar esa fuerza
hacia más altas cumbres de progreso y de justicia…
Somos el Partido de la esperanza. Siempre lo hemos
sido. El Partido de la esperanza que comparten en sus corazones todos los
puertorriqueños. Somos el Partido del cambio hacia el futuro; cambiamos la
situación en el ’40 y la cambiaremos de nuevo…”.
--Rafael Hernández Colón, 1984
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