martes, 25 de agosto de 2015

El destruir certificados no tiene sentido cuando no hay justa causa, pero también es radiografía…

El que ciertos religiosos rompan sus certificados para oficiar bodas en protesta por el matrimonio igualitario, es un espectáculo errado en todos los sentidos. De hecho, en donde deberían protestar es frente al Tribunal Supremo de Estados Unidos, pero si desean hacer algo digno y mejor, deberían orientar sobre el verdadero amor en pareja y la real estabilidad y armonía matrimonial que hace un buen hogar.

En vez de protestar, deberían educar y decir la verdad sobre la determinación del Tribunal Supremo de Estados Unidos en el tema del matrimonio igualitario: Esa determinación solo aplica en el matrimonio civil y no aplica en las iglesias. Es decir: No obliga a los religiosos a ir en contra de las bases de sus iglesias. La gran pregunta es: ¿Cuál es la agenda de ciertos religiosos que no dicen toda la verdad?

¿Quién en su sano juicio puede ver que es malo o pecaminoso dar derechos humanos y justos al prójimo? ¿Quién puede pretender adjudicarse el poder de indicarle a Dios a quien bendecir, a quien castigar, a quien condenar y  a quien salvar? ¿Quién puede tener la desfachatez de olvidar al Dios de amor y buscar imponer la imagen de un dios a su forma y semejanza para buscar adelantar agendas personales al son del odio, el cainismo, la exclusión, la demonización y el maltrato? Lo contrario a la equidad es lo contrario al Supremo Origen de la fe, del amor, de la verdad y de la creación entera.

Según lo bíblico, la destrucción de Sodoma y Gomorra se debió al pecado que “era muy grave e irreversible”. Eso es indicativo de faltas mayores. ¿En qué medida en el mundo de hoy, son ciertos líderes religiosos los que caen en pecados de ese nivel muy grave por la vía de manipular, defraudar, corromper, no honrar la mayor consagración y dejarse consumir por egoísmos y apetitos desmedidos?

Voy más allá: El gran mensaje de Sodoma y Gomorra NO es destrucción. Es triste que cuando surgen temas que requieren el mayor raciocinio y entendimiento, no faltan quienes buscan imponerse al son del grito, la intolerancia, el fanatismo y el buscar demonizar y silenciar a toda persona que piense diferente.

Se usan demasiado los nombres de Sodoma y Gomorra para condenar y excluir y lo más importante es que lo mayor del relato bíblico NO se enfoca en la dirección cainista y de pretender asumir el rol de juicio que solo le toca a Dios. En Génesis 18:26 dice: “Entonces respondió Jehová: Si hallare en Sodoma cincuenta justos dentro de la ciudad, perdonaré a todo este lugar por amor a ellos”. La gran lección de la que no se habla, es que el rol de juicio solo le toca al Creador y que almas buenas pueden hacer la diferencia y ser clave de salvación para muchos. El gran mensaje de Sodoma y Gomorra NO es destrucción, sino otro: El gran mensaje es que cada persona firme en lo bueno y salomónico, puede ser clave de bendición y progreso.
           
¿Por qué no protestan en contra de lo que en verdad hace daño y le resta a la bendición y el progreso? ¿Por qué no protestan por los maltratos que hasta obligan a personas a dejar de congregarse? ¿Por qué no protestan por la falta de más acción social y los afanes personalistas que desvían lo que debe ser consagrado? ¿Por qué no protestan en contra de los actos de corrupción que involucran dinero? Muchas son las preguntas.

Es propio recordar que Jesús fue perseguido por religiosos. Jesús señaló las mayores fallas en el liderato religioso que fanáticamente seguía una ruta equivocada. Por eso, encontramos en Mateo 23:27 lo siguiente: “¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!, porque sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera lucen hermosos, pero por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia”. Jesús adjudicó las mayores responsabilidades con sentido de amor, honor y humildad a las vocaciones de mayor deber, liderato y consagración. Por eso en Lucas 12:48 dice: “A todo el que se le haya dado mucho, mucho se demandará de él; y al que mucho le han confiado, más le exigirán”.

El destruir certificados no tiene sentido cuando no hay justa causa, pero también es radiografía que presenta la naturaleza de ciertos líderes religiosos. Afortunadamente no todo el liderato religioso falla. Apoyemos a los líderes religiosos que cumplen bien en la vida como causa de amor. Que haya bendición y progreso con equidad.



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