jueves, 23 de enero de 2014

Es bueno el desarrollo integral contemplado en el plan de crecimiento de Plaza del Caribe de Ponce.

El issue sobre una tala de árboles en Plaza del Caribe, NO es sobre si se está en contra o a favor de los árboles, el ambiente, el progreso y lo patrio.

Como norma general, cuando se recurre a “si estás a favor de eso estás en mi contra” sin argumentos convincentes, o al grito y lo extremista que sustituyen al diálogo sereno y al desprendimiento mutuo, es porque no se tiene la razón.

Ante el tema de la tala de árboles en Plaza del Caribe, reconozco que mi primera reacción fue de asombro e indignación; siento empatía hacia quienes así sienten con buen corazón y por los árboles que tomaron años para crecer.

Reconozco que los árboles son pulmones y vida que no se hacen de un día a otro, pero al buscar información, descubrí que es parte de un plan maestro y proceso mayor de ampliaciones, mejoras, creación de empleos, reforestación y promoción del desarrollo socioeconómico del sur (lo que es municipalización y democratización). Por eso, estoy a favor de ese desarrollo integral.

¿Cuántos de los opositores de esa obra, tienen la capacidad de igualar o superar planes de desarrollo, creación de empleos, trazar paisajismo y reforestación sin obstaculizar el progreso, y sobre todo, el fomento de buenas ideas sin cainismo?

Resulta académico preguntar si hubiese sido mejor tratar de trasladar los árboles talados a otro lugar. Veo propio no olvidar una brillante trayectoria de tan importante centro comercial por el issue de un momento dado. Plaza del Caribe es patrimonio de Puerto Rico. Pasaron al olvido los que se oponían a la construcción de Plaza y ciertamente hay que superar los estilos de limitación insularista e ideológica, de queja por todo y de criticar sin proveer mejores ideas y soluciones salomónicas.

En el mundo entero, hay plena normalidad en diseñar y trazar, talar, reforestar y conservar como parte de un plan maestro.

En momentos en que el país necesita mucha restauración y oportunidades, lo menos que procede es el antagonismo. Al colocarse la primera piedra de Plaza del Caribe en Ponce el 11 de abril de 1989, dijo el entonces gobernador Hernández Colón:
·         “Me complace grandemente estar aquí hoy, con el amigo Jaime Fonalledas, con el alcalde ponceño Rafael ‘Churumba’ Cordero, y con los demás asistentes a este acto tan significativo de la colocación de la primera piedra de la segunda fase de construcción de lo que será llamado Plaza del Caribe. En nuestro mundo moderno, los centros comerciales han venido a sustituir, en parte, la función social que cumplían las tradicionales plazas de recreo en nuestros pueblos. Allí, donde antes la tradición dictaba que las jóvenes caminaran en una dirección, dando vueltas a la plaza, mientras los varones circulaban en dirección opuesta, estableciendo el primer contacto de miradas; hoy nuestra juventud se congrega en los centros comerciales para almorzar, para ir al cine, para comprar y, no hay por qué dudarlo, para conocerse. De igual modo, los adultos también se encuentran en estos grandes centros para hacer sus compras, para renovar amistades, para compartir en franca camaradería con sus amistades. De modo que, además de permitirle a nuestros comerciantes la venta de sus productos y servicios, los centros comerciales han venido a crear un nuevo modo de convivencia entre gentes de distintos intereses...
…Hoy, al colocar la primera piedra, Ponce le está diciendo al resto de la isla, hemos llegado al punto de despegue económico; nos merecemos este proyecto y lo vamos a lograr”.

Objetivamente, cuando se talan árboles sin una eficiente reforestación ocurren daños, pero cuando hay el debido plan de reforestación, se da aleccionador ejemplo. Las leyes y reglamentos coinciden en buscar evitar el corte indiscriminado de árboles y promover el corte, la siembra y la forestación bien planificados en Puerto Rico. Se puede lograr lo salomónico y no caer en consumerismo desmedido o en  limitar y estancar al país.

Se puede lograr el progreso de las zonas tradicionales, de los centros comerciales, de las megatiendas, en fin, de todos. La clave es aceptar la oportunidad de evolucionar constructivamente para que en cada empresa y comercio, se brinden los estilos y servicios que  proceden dentro de un plan de revitalización para el sur, que dé cátedra de armonía, democracia y prosperidad integral para toda la Isla. Dios ilumine a todos en la vida como causa de amor y edificación de generaciones.

·         “¿Puede una cultura ser eficiente en cuanto a la producción a la par que sabia y moderada a lo que toca al consumo? ¿Puede producir febrilmente y consumir con serenidad?  Digo que ha llegado el momento en que debe hacerlo así, y si lo debe hacer, probablemente puede hacerlo”. –Luis Muñoz Marín



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