El que Shakira y Rihanna coincidan
en un proyecto musical, es digno de apoyo a ambas atractivas estrellas. La
primera gran aportación de ese proyecto, es confirmar que las artes unen a los
pueblos, que el bilingüismo es bueno para progresar y fortalecer las bases
culturales, y que lo multicultural es salomónico.
La letra de la canción titulada “Can't
Remember to Forget You” (“Nunca Me Acuerdo de Olvidarte”), puede mover a buscar
profundizar en puntos como la memoria selectiva. En el video, lógicamente la
sensualidad impera, lo que no es condenable, sino comprensible y aleccionador. Recordemos que la belleza es
de Dios.
El video me confirma que ciertamente Dios se creció al crear a la mujer.
Con el debido respeto, reconozco que mi gran apoyo y mayor admiración a la gran
alma con dones, belleza inenarrable, energía, llamado
único y presencia sin igual con el nombre artístico de Melina León
(quien enaltece al Corazón de Mujer).
Así, que al patrocinar a Shakira y Rihanna, y a otras estrellas (como
Melina en mi caso), recordemos que no procede caer en el error de criticar en
forma incorrecta o de ver que hay una música que puede bendecir y otra música
que no puede bendecir por ser “del mundo”. Dios emplea los medios que Él desea
para responder y obrar.
Toda alma que opta por fomentar la
justicia y la equidad, hacer y sembrar el bien es instrumento de Dios y canal
de bendición. Así, sean sabias y bendecidas Shakira y Rihanna; y toda alma con
dones, llamado y talentos, para que las manifestaciones y expresiones de tal
arte, exalten siempre lo constructivo en la vida como causa de amor.
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