Excelente el texto de Wilda
Rodríguez titulado “¿Quién mató a mi mamá?”. La felicito.
Se puede hablar sobre sembrar
misericordia porque toda persona necesita misericordia en algún momento de su
vida. También se puede hablar sobre la oportunidad de arrepentimiento y perdón,
pero que sea real, reconociendo que siempre hay que asumir responsabilidad por
los actos, y no por impunidad. Que todo ejercicio de misericordia se dé en
forma correcta y digna, no para manipular. El texto abona a fomentar justicia.
¿En cuántos dramas todavía hay que
superar lo que ahonda las brechas socio-económicas y sustituye al
amor, los valores y las realidades que forjan bien, corrigen debidamente y hacen
crecer? ¿Llegará el momento en que se afirme “todos somos el
negrito”? Dios ilumine a todos ante los llamados a aprender, crecer y forjar…
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