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“Se ha dicho en repetidas ocasiones que hay jóvenes
viejos y viejos jóvenes. Con razón. Porque juventud no es una etapa cronológica
determinada en la vida del ser humano. Juventud es, simplemente, una actitud
positiva frente a la vida”.
–Rafael Hernández Colón
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“Porque los hombres, en edad, pueden ser jóvenes o viejos.
Pero las ideas y las actitudes no. Las ideas o las actitudes son viejas de
nacimiento cuando no responden a un ansia de reivindicaci6n histórico-social. Y
en ese caso, mueren en su nacimiento. O son perpetuamente jóvenes porque,
rebosantes de vida, satisfacen en el hombre de ayer, como en el de hoy y el de
mañana, la sed de justicia, paz y felicidad a que todos aspiran. Y cuando hay
ideas y actitudes jóvenes, que alimentan hombres, esos hombres son jóvenes
aunque cronológicamente tengan muy lejos su inscripción de nacimiento.
Veinte siglos lleva el cristianismo extendiendo la sombra
de la cruz por el mundo. Y es aún una idea joven. Tan joven que ninguna otra
filosofía agrupa más militantes y simpatizantes, ninguna idea ha influido tanto
en el curso de la historia y de las civilizaciones, ninguna creencia se han
enfrentado tan victoriosamente a tantas dificultades e ideologías antagónicas. Como
también son ideas jóvenes las otras religiones y sistemas filosóficos que
culminan esta realidad del ser humano.
Finalmente, tenemos el orgullo de ser hijos de un país
joven, de cuya juventud somos al mismo tiempo beneficiados y forjadores. Somos
los beneficiados de una labor noble y grande que realizaron los jóvenes que nos
precedieron de los cuales, muchos jóvenes todavía, en el sentido amplio, luchan
palmo a palmo con nosotros…”.
--Rafael Hernández Colón
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