He conocido a sacerdotes que en
verdad buscan por superar dogmas, y he conocido a pastores y pastoras que en
verdad buscan fomentar una real vivencia espiritual. Supera palabras lo que se
logra cuando impera el Espíritu Santo.
Es los momentos más difíciles, se
busca consejo y/o auxilio de quien está en la consagrada vocación. En la jornada
cotidiana, una buena predicación inspira mucho en pos de tener fe en acción. Es
por eso que la vocación consagrada que tiene el privilegio de llegar al altar,
requiere todo lo mejor de la persona y por la naturaleza humana, también
necesita consejo, apoyo, corrección y crecimiento, y empatía.
Es cierto que hay quienes han
fallado y hasta abandonado el llamado y la vocación. Por eso he escrito: “Es
importante la oración para que quienes estén ante las congregaciones, NO se
dañen, NO dañen y fomenten la plena abundancia de todos en línea con la Palabra
y la sana doctrina cristiana”.
Bendigo en este momento a pastores,
pastoras, sacerdotes y personas con gran unción aún sin poseer tales títulos de
responsabilidad suprema, que he conocido en mi jornada. Bendigo a quienes no
conozco y que en este momento puedan necesitar un bálsamo y luz. Bendigo incluso
a quienes se han confundido para que redescubran lo realmente sagrado y de
Dios. Exhorto a quien lea estas palabras a tal ejercicio.
Al congregarme en la Iglesia Nuevo
Testamento de Ponce, bendigo a los pastores Susana y Carlos Camacho, y a la
creciente congregación (a quienes están y a quienes han de llegar). Que sea una
bendición en acción de gracias y de oración por todo el potencial que reconozco
en los jóvenes Pastores; para que nunca olviden el incipiente depósito divino
en ellos y para que siempre procuren agradar al Altísimo en todo lo que infunde
paz, propicia la epifanía, procura que lo que uno viva refleje al Señor en uno,
y promueve soluciones salomónicas. Adelante en la vida como causa de amor.
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