Luego de la tormenta inmediata, van
surgiendo destellos de luz… Es el cauce en que las aguas van limpiando el
fondo, tal como el proceso de restauración toca cimientos. La naturaleza
confirma que, aun luego de inundaciones, puede restaurarse el equilibrio.
Hay momentos que marcan un antes y un
después, o hasta definen la razón de existir. La consideración humana no busca
explicaciones para ser solidaria, el respeto no busca argumentaciones para dar
trato sincero, el corazón no rebusca palabras para buscar consagrar todo lo
mejor del ser y la fe supera lo natural para buscar oraciones con poder y
efectivas acciones con empatía y esencia divina. La esperanza sigue…
Cuando se ve lo ilógico y
desproporcionado en un sistema, sin sabios remedios y buenas soluciones, se
choca con nuevas realidades en que mucho hay que repensar. Son los jamaqueos
que llaman a ver las cosas de otra manera y reconocer que vivimos en una Isla
que debe evolucionar para restaurarse mejor. Tronchando vidas no se hace
patria. Se hace patria ampliando horizontes y alternativas positivas y
constructivas.
Hay veces que nos sentimos como en una
línea de tiempo inexplicable que se trastoca o como que no debería ocurrir; en
que nos gustaría poder cambiarla radicalmente. Son los momentos en que la fe
potencia y puede mucho, crecemos y triunfamos.
Son los momentos en que cada muestra de
apoyo adquiere un nivel de presencia única. Con el alma enfocada en el Altísimo
y en busca de dar bálsamo, ahora más que nunca SOLIDARIO con la mujer y madre
con el nombre artístico de Melina León y familia.
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