viernes, 24 de julio de 2015

El ELA es reconocido y validado en el terreno judicial y más...

En 1967, el Tribunal Supremo de Estados Unidos adjudicó el caso de Afroyim v. Rusk sobre la ciudadanía americana, lo que puso fin a la teoría engañosa de que se podía perder la ciudadanía bajo el ELA. En 1953, en el caso Mora v. Mejías, la Corte de Circuito establece: “Puerto Rico has thus not become a State in the federal Union like the 48 States, but it would seem to have become a State within a common and accepted meaning of the word … It is a political entity created by the act and with the consent of the people of Puerto Rico and joined in union with the United States of America under the terms of the compact”.
                    
Es decir: Se reconoce la validez del ELA. Los casos electorales, como los pavazos y los pivazos, son gran ejemplo en que se valida la autoridad del ELA para establecer el gran principio de la voluntad del elector. No olvidemos que la Constitución del ELA reconoce la soberanía del pueblo y su suprema expresión en las urnas.

El caso de Puerto Rico no es colonial, es que por la naturaleza de su convenio, tiene la protección de dos Constituciones: la Constitución americana y la Constitución del Estado Libre Asociado. Ante ese principio de “doble protección constitucional”, las controversias se enfocan en lo jurídico y no en lo político.  
           
El concepto de la protección de dos constituciones no es exclusivo de Puerto Rico. En pactos delibre asociación puede haber la protección de dos constituciones y en Estados Unidos. Existe la constitución federal y la constitución de cada estado. Por ejemplo, Alabama tiene su constitución con el siguiente Preámbulo:
·         “We the people of the State of Alabama, in order to establish justice, insure domestic tranquility, and secure the blessings of liberty to ourselves and our posterity, invoking the favor and guidance of Almighty God, do ordain and establish the following Constitution and form of government for the State of Alabama”.
                
Sin embargo, han seguido pasos evolutivos y controversias. Sobre la deuda de Puerto Rico, la controversia judicial toca el punto de dos Constituciones y más: El argumento de que un trato preferente a la Isla puede originar que otros en difícil situación económica busquen lo mismo. No obstante, tiene mucho sentido que no es una opción superior el amarrarle a Puerto Rico las manos ante una crisis que hay que resolver.  

Por un lado, reconozco que opiniones de funcionarios de turno no son más que la base histórica que valida al ELA. Por otro lado, reconozco que hay que hacer frente a las realidades del siglo 21, incluso si las mismas plantean rutas de cambios. Ante el concepto de cambio, considero que lo mejor es potenciar al ELA como fue concebido en 1952, como fórmula innovadora que le mereció el aval de Naciones Unidas en 1953.

Procede reconocer que hay países con la llamada “soberanía plena” que son parte de la controversia sobre la deuda externa, y hay estados de la Unión que llegan a la quiebra. El tema de la deuda es puramente administrativo y no de ideologías sobre status político; “poderes” sin capacidad administrativa es como no tenerlos; se necesita integral potenciación. Presentar lo de cambio de status como varita mágica que resuelve todo, es un engaño. En pocas palabras: Sin capacidad administrativa, no se logra el efecto deseado con los poderes adicionales.

Al considerar el tema del ELA y el concepto de la doble protección constitucional en tiempos de crisis económica, no significa que ese modelo político no sirva. En Estados Unidos y nuestros países vecinos, no se plantea el desmantelar la estructura democrática-constitucional al enfrentarse retos económicos. El gran logro de 1952 en Puerto Rico tiene plena dignidad moral y política, y las áreas de déficit democrático requieren que sea perfeccionado y no desmantelado.

El 6 de julio de 2015, el Primer Circuito de Apelaciones de Boston determinó que Puerto Rico está impedido de legislar su propia ley de quiebras. Suena impositivo, pero no olvidemos el concepto de doble protección constitucional y el carácter de convenio de dos partes. Es innegable que el ELA requiere mejoras y la determinación judicial así lo confirma. No obstante, la lógica dicta que más que criterios jurídicos o políticos, hubo el criterio de buscar evitar que el caso de Puerto Rico pueda sentar un precedente que otros busquen y que al no poder complacer a todos, se genere un caos mayor.

La crisis requiere unidad de país y creatividad. Requiere educar en diversos foros para que se comprenda que un Puerto Rico próspero es el mejor aliado de los Estados Unidos. Requiere también, en el proceso de perfeccionar al ELA, recordar palabras de Rafael “Churumba” Cordero Santiago:

·         “Creo que Estados Unidos le debe una explicación al pueblo de Puerto Rico de lo que sucedió entre el 1950 y 1953. Si mintieron o no mintieron cuando el Congreso, el Presidente de Estados Unidos, el pueblo de Puerto Rico y las Naciones Unidas dijeron que Puerto Rico había advenido a un Gobierno Autónomo mediante un Pacto Bilateral y, como consecuencia, había dejado de ser colonia de Estados Unidos de Norteamérica. Lo que acabo de afirmar lo expresaron Mason Sears y Henry Cabot Lodge, a nombre del Presidente, del Congreso y del pueblo norteamericano en el 1953, cuando las Naciones Unidas aprobó la Resolución 748. Quiero dejar establecido que yo no estoy buscando mi verdad, sino la contestación de quien era responsable en ese momento ante el mundo de la situación colonial de Puerto Rico, los Estados Unidos de América. Si no existe el Pacto, que lo digan, y si existe, pues que lo afirmen. No quiero dejar sobre el tintero que tres de los pasados presidentes de Estados Unidos, John F. Kennedy, Gerald Ford y James Carter han indicado en distintas ocasiones que existe un Pacto entre Puerto Rico y Estados Unidos. Ante estos hechos es de dignidad humana y de autoestima como ser humano exigir la verdad, sea cual sea. Como dijera don Luis Muñoz Rivera: ‘Al pueblo se le debe la verdad, dulce o acerba, pero siempre la verdad’.”
                       
Se pueden retomar las mejores bases fundadoras a la altura del siglo 21. El ELA provee una Constitución ejemplar, y como pacto democrático funciona y sirve con esencia creadora. Dios ilumine a todos. Adelante con el ELA.

·         “Somos puertorriqueños y queremos seguir siendo puertorriqueños y ciudadanos americanos dentro del Estado Libre Asociado con carácter permanente, en unión digna con los Estados Unidos de América. Así veremos siempre las dos banderas ondeando juntas a la misma altura, una al lado de la otra, como testimonio de que ‘a los pueblos como a los hombres la democracia los declara iguales en dignidad’.”
--Rafael Hernández Colón



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