La construcción del portaviones USS Enterprise CV-6, comenzó
el 16 de julio de 1934 en el astillero de Newport News Shipbuilding and
Drydock Co. y finalizó en octubre de 1936. Ya el nombre Enterprise tenía su
historia naval.
El portaviones USS Enterprise, el
Gran E, ha sido el más veterano y condecorado durante la Segunda Guerra
Mundial.
El 7 de diciembre de
1941 del infame ataque a Pearl Harbor, en que la maldad, en vez de derrotar,
tuvo el efecto de despertar al gigante Estados Unidos ante la Segunda Guerra
Mundial. La victoria que se alcanzó tras las grandes batallas, sigue resonando
e inspirando y educando a generaciones.
La
historia no terminó con Pearl Harbor. El 8 de diciembre de 1941 el Congreso de
los Estados Unidos aprobó una declaración de guerra contra Japón, que colocó
oficialmente a la nación norteamericana en la Segunda Guerra Mundial. Alemania
declaró a su vez la guerra a los Estados Unidos.
Se
llegó a pensar que sería imposible derrotar a las fuerzas y recursos militares
alemanes y japoneses. Sin embargo, dos grandes batallas ejemplifican que lo
heroico con las mejores motivaciones puede más que toda adversidad:
·
La batalla de Midway se libró entre los
días 4 y 7 de junio de 1942. Las fuerzas norteamericanas detuvieron los
intentos expansionistas de los japoneses y se inmortalizó el nombre del navío
que llegó a inspirar hasta la más legendaria nave en la frontera final
espacial: Enterprise.
·
La batalla de los aliados librada en
Normandía entre los días 6 de junio y el 21 de agosto de 1944, con el nombre
clave de Operación Overlord, fue un esfuerzo conjunto que comenzó lo que llegó hasta el corazón del
Tercer Reich. Su inicio originó el término de “Día D”.
El legado de la Enterprise llega
hasta la exploración espacial con el primer transbordador espacial
experimental, y hasta la ciencia ficción (en la línea de la ciencia ficción que
se ve haciendo realidad) con la nave espacial clase Constitución que llega
hasta donde no se ha llegado antes. Cuando más problemas hay, más se busca de
heroísmo y ejemplos edificantes. El heroísmo real se atreva a perseverar,
triunfar y fructificar con el más abarcador amor; y grandes legados siguen
fructificando.
Seamos
batallantes con fe, visión y corazón. Seamos batallantes en el mejor sentido
del término. Seamos batallantes haciendo de la vida una heroica causa de amor.
Seamos batallantes que consagren las victorias que logran lo aparentemente
imposible. Así, recordemos con aprecio, honor, orgullo y
agradecimiento a los héroes de verdad en todo frente. Sea el Señor en lo que
vivamos. Dios ilumine a todos.
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