viernes, 17 de julio de 2015

Podemos coincidir en el nivel de soberanía que armoniza por Puerto Rico.

El 17 de julio es el natalicio de Luis Muñoz Rivera. En tiempos retadores, en el mes del natalicio de Muñoz Rivera y de la celebración de la Constitución del Estado Libre Asociado (ELA), recordemos que la postura histórica en pro del desarrollo del ELA, ha sido el de su máximo desarrollo autonómico compatible con la unión permanente con los Estados Unidos. Es un nivel de soberanía que hace patria.
                      
Ese proceso defendido por Luis Muñoz Marín, tiene gran vigencia en el siglo 21 y al buscar que el pacto llamado ELA adquiera niveles de autoridad mayores a los actuales, da origen al término de Nuevo Pacto, en que lo soberanista armoniza con la soberanía del pueblo ya reconocida en la Constitución del ELA, y tal crecimiento no menoscaba la unión, sino que la fortalece en la base de que un Puerto Rico sólido y próspero es el mejor aliado de los Estados Unidos y un baluarte de progreso en la región Caribeña. Apoyo ese desarrollo desde la perspectiva que la deuda y los problemas económicos no se fundamentan en el status político, sino en lo administrativo. 

El informe presentado por la economista y exdirectora del Fondo Monetario, Anne O. Krueger, no adjudica la causa de la crisis al sistema democrático-constitucional de Estado Libre Asociado, sino a factores de crisis económica y fiscal. No deja de hacer mención del impacto de la pérdida de la Sección 936 y presenta las adversidades (como altos costos y pérdida de población) y las decisiones cuestionables (como el endeudamiento) en el sistema económico. En parte dice:   
·         “The restoration of confidence and growth requires ambitious measures in three inter-locking areas: structural reform, fiscal consolidation/debt restructuring, and institutional reform. All are important, and the exclusion of any one reduces the chances of success of the others”.

Es cierto que hay áreas del status político que pueden ayudar a potenciar el desarrollo económico, como eximir a la Isla de la Ley de Cabotaje. No obstante, hay que recordar los buenos testimonios de progreso con el ELA bien administrado y fortalecido, que tienen vigencia. Es recomendable buscar como proyecto de país la restauración de los instrumentos que demostraron gran efectividad, a la altura del siglo 21 y más allá.

Procede reconocer que hay países con la llamada “soberanía plena” que son parte de la controversia sobre la deuda externa, y hay estados de la Unión que llegan a la quiebra. El tema de la deuda es puramente administrativo y no de ideologías sobre status político; “poderes” sin capacidad administrativa es como no tenerlos; se necesita integral potenciación. Presentar lo de cambio de status como varita mágica que resuelve todo, es un engaño. En pocas palabras: Sin capacidad administrativa, no se logra el efecto deseado con los poderes adicionales.

Al considerar el tema del ELA en tiempos de crisis económica, no significa que ese modelo político no sirva. En Estados Unidos y nuestros países vecinos, no se plantea el desmantelar la estructura democrática-constitucional al enfrentarse retos económicos. El gran logro de 1952 en Puerto Rico tiene plena dignidad moral y política, y las áreas de déficit democrático requieren que sea perfeccionado y no desmantelado.

Voy más allá: NO hay que temer o sentir aversión hacia las palabras “soberanía” o “soberanista” en el mejor sentido, que no es pequeño o engañoso, sino grande en la búsqueda de maximizar todo lo positivo y constructivo. Ese concepto ya está en el ELA y hasta estadistas han hablado en pro de un “Estado Soberano”.

En la Constitución se reconoce la soberanía así: “Se constituye el Estado Libre Asociado de Puerto Rico. Su poder político emana del pueblo y se ejercerá con arreglo a su voluntad, dentro de los términos del convenio acordado entre el pueblo de Puerto Rico y los Estados Unidos de América. El gobierno del Estado Libre Asociado de Puerto Rico tendrá forma republicana y sus Poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial, según se establecen por esta Constitución, estarán igualmente subordinados a la SOBERANIA del pueblo de Puerto Rico”. Podemos coincidir en el nivel de soberanía que supera teorías y agendas personales, por Puerto Rico.

Hay que superar las consideraciones ideológicas para lograr nuevas hazañas y en lo de status, apoyo la Constituyente. En ese proceso, lo más recomendable es la base de que el ELA creado en 1952 no es colonia, tiene plena dignidad moral y política, y con su potenciación hará de la Isla un aliado próspero de Estados Unidos. Se necesita un liderato efectivo y visionario, unificador y del nivel en que con Luis Muñoz Marín se puso Manos a la Obra y con Rafael Hernández Colón se logró mantener la Sección 936, la recuperación económica y la restauración de esta tierra.  

Vivimos tiempos retadores y el país nos necesita a todos. Son tiempos en que más se necesita la inspiración fundadora al nivel enseñado por Luis Muñoz Marín, unir generaciones y motivar para hacer y consagrar patria. Son tiempos en que más se necesita creatividad y pleno progreso con equidad, a tono con lo humano y cristiano. Dios ilumine a todos.
                            
·         “Vayamos hacia un Puerto Rico que labore por metas reales, por el máximo bienestar de su gente y del país, por los valores de la armonía y el afecto y no los de la disputa y el encono”. –Rafael Hernández Colón
           


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