Hubo tiempos en que Puerto Rico
progresaba y era “vitrina de la democracia”. Hubo tiempos de buena administración
y justicia en el Estado Libre Asociado; en que el pueblo entero se constituyó
en fundador y forjador. No es fácil educar para aprender de la historia y para
superar el insularismo y el cainismo, pero no es imposible. No es lo más correcto
ver que siempre todo ha estado mal y que no hay esperanza. Es más edificante
alentar que se puede volver a las mejores bases a la altura del siglo 21 y más
allá.
Dice un reportaje de actualidad: “La
creación de una junta de control financiero, reducir unos $150 millones en
gastos de Mi Salud, impuestos a la propiedad y un programa de recortes que
pudiera alcanzar unos $2,000 millones son parte de las recomendaciones hechas a
Puerto Rico por la prominente economista y exdirectora del Fondo Monetario
(FMI), Anne O. Krueger”.
El informe no adjudica la causa de la
crisis al sistema democrático-constitucional de Estado Libre Asociado, sino a
factores de crisis económica y fiscal. No deja de hacer mención del impacto de
la pérdida de la Sección 936 y presenta las adversidades (como altos costos y
pérdida de población) y las decisiones cuestionables (como el endeudamiento) en
el sistema económico. En parte dice:
·
“The restoration of confidence and
growth requires ambitious measures in three inter-locking areas: structural
reform, fiscal consolidation/debt restructuring, and institutional reform. All
are important, and the exclusion of any one reduces the chances of success of
the others”.
Al considerar el tema del ELA en
tiempos de crisis económica, no significa que ese modelo político no sirva. En
Estados Unidos y nuestros países vecinos, no se plantea el desmantelar la
estructura democrática-constitucional al enfrentarse retos económicos. El gran
logro de 1952 en Puerto Rico tiene plena dignidad moral y política, y las áreas
de déficit democrático requieren que sea perfeccionado y no desmantelado.
Lo esperanzador es que el informe
recomienda la "exención a la ley federal de cabotaje", lo que acentúa
la necesidad de un Pacto Social en lo inmediato (acuerdos de los líderes de
todos los partidos para levantar al país), adelantar el Puerto de las Américas
Rafael “Churumba” Cordero Santiago como proyecto de país para sumir nuevos
roles de autosuficiencia e internacionales, y también bregar con el tema del
status político para que un Puerto Rico sólido sea el mejor aliado de Estados
Unidos.
La llamada deuda pública “impagable”
debe ser motivo para unir y apoyarnos; que todos los sectores del país,
instituciones y fundaciones sean parte de las soluciones para hacer país. Se
necesita un nivel de progreso y desarrollo mayor a la deuda, como lo vivido en
la segunda mitad de la década de 1980. Veamos dos ejemplos:
·
En el mensaje de estado de 1988, dijo el gobernador
Rafael Hernández Colón: “Me satisface profundamente anunciarles que hoy trabajan
126,000 puertorriqueños más que en enero de 1985; 29,000 de ellos, jóvenes. Cumplimos
con creces la promesa principal de nuestra campaña crear nuevos empleos. Las
políticas económicas que hemos implantado en estos tres años, crearon empleos
aquí, al doble del ritmo de Estados Unidos. La pujanza económica se siente en
todas partes. ‘La economía --dice el último informe del Banco Popular-- se
halla en estos momentos disfrutando de un apogeo como no se habla presenciado
en más de 10 años’. Hemos hecho posible que el Producto Nacional Bruto creciera
en 1987 a un ritmo de 5.1% --mayor que el ritmo de crecimiento de Japón,
Alemania, o los Estados Unidos. Nos sentimos orgullosos de ese logro. Para
poder apreciarlo en toda su magnitud, para entender a cabalidad que ese crecimiento
responde a la dirección económica que se ha imprimido al país, cito del análisis
económico del New York Times del 27 de diciembre pasado: ‘El crecimiento
económico mundial está desacelerándose... hay filas más largas de desempleo
desde el norte de Inglaterra hasta el norte de Ohio... La desaceleración está
teniendo serios efectos sobre las expectativas y niveles de vida... Para el trabajador
americano promedio la desaceleración en crecimiento significa que el ingreso
real no ha crecido desde 1973’. Sin embargo, en Puerto Rico, el ingreso
personal disponible, ha crecido un 11.3 % desde 1984; un incremento seis veces
mayor que en el cuatrienio anterior. Claramente los puertorriqueños están menor
hoy que hace tres años. Hoy la familia puertorriqueña promedio dispone de un ingreso
de $20,016 al año, tres mil dólares más que en 1984. Ese crecimiento en el ingreso
familiar fortalece nuestras familias y nos satisface haberlo alcanzado”.
·
En el mensaje de estado de 1991 dijo el gobernador Rafael
Hernández Colón: “El sector de la construcción avanzó durante el 1990, logrando
un crecimiento de 8.1%. La agricultura en el pasado año fiscal --a pesar del
impacto de Hugo y de la intensa sequía en la Zona Sur-- alcanzó $721 millones,
un descenso mínimo de 1% con relación a la producción récord de 1989. Tuvimos
también nuevos éxitos. Realizamos nuestro primer embarque de café gourmet al
mercado japonés, montante a 400 quintales y se negocia la exportación de 2 mil
más para el próximo año, así como 700 para el mercado de Europa. En 1990 el
turismo continuó su acentuada expansión, con un aumento de 11.5% en los gastos
de visitantes sobre el pasado año fiscal. Nuestros bancos comerciales,
respaldados por $14 billones de depósitos de fondos ELA-936, tuvieron un
crecimiento porcentual mayor que la banca comercial norteamericana. Y, las
rentas públicas se han manifestado ligeramente por encima de lo estimado.
Considerando la fortaleza que mantiene nuestra economía estimamos para el
próximo año fiscal un crecimiento de 2.74%. Proyectamos las rentas .públicas en
$4,166 millones, con aumentos presupuestarios para atender servicios
prioritarios. La salud fiscal del ELA contrasta con los déficits que confrontan
numerosos estados que han anunciado dolorosas medidas para cuadrar sus
presupuestos, entre ellas, el despido masivo de empleados y el recorte de
servicios esenciales, incluyendo los de educación y salud”.
Hay que superar las consideraciones
ideológicas para lograr nuevas hazañas. Se necesita un liderato efectivo y
visionario, unificador y del nivel en que con Muñoz Marín se puso Manos a la
Obra y con Hernández Colón se logró mantener la Sección 936, la recuperación
económica y la restauración de esta tierra.
Vivimos tiempos retadores y el país nos
necesita a todos. Son tiempos en que más se necesita la inspiración fundadora
al nivel enseñado por Luis Muñoz Marín, unir generaciones y motivar para hacer
y consagrar patria. Son tiempos en que más se necesita creatividad y pleno
progreso con equidad, a tono con lo humano y cristiano.
·
“Venceremos el problema que nos agobia. Que ningún
puertorriqueño vea a otro puertorriqueño como su adversario. El problema que
confronta Puerto Rico es el adversario de todos. Luchemos todos por vencerlo,
cada cual en la forma que crea la más honrada y más sabia – sin agredirnos con
pequeñeces y por pequeñeces. Que tengamos la claridad de espíritu para entender
el problema, la fuerza de voluntad para trabajar en resolverlo, la honradez
para hacerlo sin demagogia: ese es mi ferviente deseo para mi pueblo en este
tiempo en que tenemos que salir de la rejoya, pasajera pero trágica, para poder
emprender una vez más la jalda que nos lleve a nuevos y mejores caminos de
creación y justicia y de buen saber humano y de buen saber puertorriqueño”.
--Luis Muñoz Marín
·
“Vayamos hacia un Puerto Rico que labore por metas
reales, por el máximo bienestar de su gente y del país, por los valores de la
armonía y el afecto y no los de la disputa y el encono”. –Rafael Hernández
Colón
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