lunes, 24 de junio de 2013

Dios ilumine a las mujeres llamadas a asumir el rol de Pastora Principal; Dios ilumine a todos para apoyarlas.


Ciertamente la mujer tiene suma importancia, y el Señor tiene algo grande con la mujer. En Génesis 2:18-25 se presenta la creación de la mujer como la más inspirada obra maestra. No es casualidad, sino causalidad, que sea de la mujer un poder de origen creador y el vital rol maternal. Veo algo del ojo detallista de la mujer, en el relato de inicio de Génesis cuando Dios trae luz y orden a la Tierra.

 

En San Lucas 8:1-3:          

·         “Más tarde, Jesús andaba recorriendo pueblos y aldeas, proclamando la buena noticia del reino de Dios. Lo acompañaban los Doce y algunas mujeres a quienes había liberado de espíritus malignos y de otras enfermedades: María, llamada Magdalena, de la que Jesús había hecho salir siete demonios; Juana, la mujer de Cusa, administrador de Herodes; Susana y muchas otras. Todas ellas ayudaban con sus propios recursos a Jesús y sus discípulos”.

 

Eso significa mucho, ya que Jesús era trabajador y no vividor (los recursos eran para servir y no para servirse). Esa cita nos confirma que para Jesús, contrario a lo que su cultura establecía de sumisión de la mujer, la mujer sí es importante.

 

Esa cita establece agradecimiento en las Mujeres Liberadas; contando ellas con sentido de compromiso y liderato, capacidad administrativa y hasta de financiar la obra. Es otro detalle que fortalece mi admiración a la gran mujer que es Melina León, ya que es de Dios que Melina comenzara su carrera cantando a las Mujeres Liberadas.

 

En el Antiguo Testamento también se destaca el valor y liderato de la mujer. Un gran ejemplo está en Ester. En el relato bíblico, Ester brilló por el valor, los dones y la gran belleza física que nace del interior (confirma que puede haber belleza externa con mayor belleza interna), y Dios obró por medio de ella.

 

Vivimos tiempos en que destacadas mujeres brillan en el rolde Pastora Principal. Hay quienes cumplen bien y hay quienes necesitan su Damasco, pero estoy convencido de que si hay un mundo nuevo que construir, nada mejor que el Corazón de Mujer para inspirarlo y forjarlo. Lamentablemente todavía hay muchas trabas a eso. Es triste que el estilo machista impida que más mujeres tengan un rol central en el nivel pastoral.

 

¿Cuántas obras lograrían crecer y fructificar si la Pastora bien desarrollada y ungida tuviese el rol principal y el Pastor con real humildad, fuese apoyo de ella y no al revés?

No busco fomentar contiendas ni divorcios, sino que hombres de verdad con el más puro amor, apoyen a esas mujeres con un llamado supremo. Cumplo con colocar el tema sobre el tapete; que el Espíritu Santo revele y obre. Dios ilumine a todos.

 

--Gerardo L. Berríos Martínez

 

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