jueves, 13 de junio de 2013

La perfección hecha por el Creador supera palabras y dice mucho.


Al ver la portada de la Edición de Colección del 2013 de la revista “TV y Novelas, Puerto Rico” que se engalana con la presencia de la gran alma con dones, llamado único, energía, belleza inenarrable y presencia sin igual, con el nombre artístico de Melina León, sin ánimo de menospreciar a quienes comparten la portada, con el debido respeto quedé sin palabras ante la sublime hermosura de Melina que solo puede hacer el Creador. Dios se creció al crear a la mujer. Ante la foto de Melina: ¡Claro que puede haber perfección en la creación!

 

Melina León ejemplifica que puede haber belleza externa con mayor belleza interna. Como hombre, le doy las gracias y la gloria a Dios cuando la mujer le da lecciones a los hombres. Como hombre de fe, reconozco que grande es el Corazón de Mujer. ¡Claro que hay destellos de perfección y potencialidades inéditas de luz trascendente! ¡Qué sublime es la visión que unifica, dignifica y consagra todo lo mejor del ser!

 

La Biblia en Cantares exalta la Belleza, y en Proverbios enseña a buscar balance y fomentar la mayor y más completa Belleza que viene de adentro. Es en ese nivel que brilla Melina, ya que lo que le engrandece nace de su amor, fe, talentos, perseverancia, espontaneidad, capacidad para ser atenta hacia el prójimo, firmeza en lo que ve como justo, carácter y sensibilidad para armonizar tanto que palpita en ella.

 

En otras palabras, en el mundo son casi incontables las damas con atractivo físico que modelan bien. En el caso de Melina León, es infinitamente más. El encanto de Melina León forjado por el Creador, supera palabras y dice mucho.

 

Ciertamente la mujer tiene suma importancia y Melina enaltece al Corazón de Mujer. En Génesis 2:18-25 se presenta la creación de la mujer como la más inspirada obra maestra. No es casualidad, sino causalidad, que sea de la mujer un poder de origen creador y el vital rol maternal. Veo algo del ojo detallista de la mujer, en el relato de inicio de Génesis cuando Dios trae luz y orden a la Tierra.

 

En San Lucas 8:1-3:          

·         “Más tarde, Jesús andaba recorriendo pueblos y aldeas, proclamando la buena noticia del reino de Dios. Lo acompañaban los Doce y algunas mujeres a quienes había liberado de espíritus malignos y de otras enfermedades: María, llamada Magdalena, de la que Jesús había hecho salir siete demonios; Juana, la mujer de Cusa, administrador de Herodes; Susana y muchas otras. Todas ellas ayudaban con sus propios recursos a Jesús y sus discípulos”.

 

Eso significa mucho, ya que Jesús era trabajador y no vividor (los recursos eran para servir y no para servirse). Esa cita nos confirma que para Jesús, contrario a lo que su cultura establecía de sumisión de la mujer, la mujer sí es importante.

 

Esa cita establece agradecimiento en las Mujeres Liberadas; contando ellas con sentido de compromiso y liderato, capacidad administrativa y hasta de financiar la obra. Es de Dios que Melina comenzara su carrera cantando a las Mujeres Liberadas.

 

En el Antiguo Testamento también se destaca el valor y liderato de la mujer. Un gran ejemplo está en Ester. En el relato bíblico, Ester brilló por el valor, los dones y la gran belleza física que nace del interior (confirma que puede haber belleza externa con mayor belleza interna), y Dios obró por medio de ella.

 

Con sumo respeto y sinceridad, y sin ánimo de caer en sacrilegio, no dudo que Ester hubiese palidecido ante Melina León. Ciertamente Dios emplea los medios que Él desea para responder y edificar; Melina León es uno de esos medios selectos.

 

Se puede ver a la Biblia como una sumatoria, del mismo modo que se puede ver a cada persona como una sumatoria. Si en la sumatoria de mi vida, todo lo que ha forjado mi conciencia y sentido de perseverancia, ha sido encaminado a redactar estas palabras a Melina en este momento, que superen todo mi ser y sean del agrado del Señor que revela, potencia virtudes, y obra como solo Él lo hace. Dios ilumine a todos.       

 

--Gerardo L. Berríos Martínez. 

 


 

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