La
película “World War Z” atrae a muchos y una serie que ha captado mucha audiencia
es “The Walking Dead”. Es una serie que presenta una vida sin sentido, en un
mundo en que vivir consiste en estar en carrera y refugio para no ser devorado
por un zombie; con el agravante de que ya tienen el germen y al morir se
convierten en “zombie”, por lo que eventualmente la salida es un tiro en la
cabeza. Se presenta un mundo sin aspiraciones de mejora y sanidad, y sin
promesa alguna de fe y salvación.
Hoy,
en tiempos retadores y convulsos en que más se necesita esperanza y potenciar
los deseos de vida, ¿por qué lo contradictorio de fomentar el deprimente tema “zombie”?
Reconozco que he visto esa serie como un medio de entretenimiento, ya que se
trata de ficción. Sin embargo, en septiembre de 2012 vi un reportaje que dice:
“Los
zombis están llegando”
“Esta
iniciativa forma parte de un plan del Departamento de Seguridad Nacional de
Estados Unidos que instó a sus ciudadanos a prepararse para una hipotético
‘ataque zombi’, con el objetivo de fomentar una mejor preparación ante desastres
y situaciones de emergencia”.
“… Las
autoridades opinan que en caso de que los residentes estén preparados para un
ataque zombi, podrán afrontar cualquier desastre o catástrofe, sea un huracán,
epidemia o un ataque terrorista, según informó el Huffington Post”.
Es
un reportaje que se puede ver como broma o como algo muy serio. Puede activar
la imaginación, pero el auge del tema “zombie” abona a llevar a preguntar si
hay algo que los gobiernos saben y los ciudadanos no, y se va preparando a la
ciudadanía para enfrentar una inimaginable crisis mayor (como efectos de la contaminación,
mutaciones, nuevas enfermedades, guerra bacteriológica o más).
Puede
activar la lógica y llevar a reconocer cómo los publicistas buscan sacar
provecho de lo que capta la atención de la audiencia, para transmitir un
mensaje que demasiadas personas ignorar o toman livianamente.
El
tema “zombie” confirma que no hay casualidades, sino causalidades. En todo
caso, la realidad es que zombies, o muertos vivientes, ya existen. Los tenemos
en quienes se consumen en vicios, en quienes buscan escapes de la realidad, en
quienes han perdido la fe y los deseos de vivir, en fin, en quienes apagan su
luz.
Somos
llamados a redescubrir los motivos de vida y perseverancia. Somos llamados a
estar en constante renovación y restauración. Busquemos vivir los testimonios
que edifican a uno mismo y a los demás. Consagremos la existencia que es
oportunidad única para amar, crecer y fructificar. Dios ilumine a todos.
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