miércoles, 26 de junio de 2013

La determinación del Tribunal Supremo de Estados Unidos por un margen cerrado, sobre extender derechos a parejas homosexuales (gays) legalmente casadas, confirma que el tema no tiene punto final.


El 26 de junio de 2013 pasa a la historia porque mediante cerrada votación de 5-4, el Tribunal Suprema de Estados Unidos ha determinado que las parejas homosexuales (gays) legalmente casadas, deberán recibir los mismos beneficios federales que las parejas heterosexuales. Dice la prensa:

 

·         “El Tribunal invalidó hoy una disposición de la Ley Federal de Defensa del Matrimonio que ha impedido a las parejas homosexuales casadas recibir una serie de beneficios fiscales, de salud y de jubilación que generalmente están disponibles para las personas casadas”.

·         “El Tribunal decidió que la ley federal, conocida por sus siglas en inglés DOMA, “es inconstitucional”, pues niega la igualdad de las personas que protege la quinta enmienda de la Constitución estadounidense”.

 

Una determinación por un margen tan cerrado, confirma que el tema no tiene punto final y que los debates seguirán. Veo que procede la conciencia de que los derechos adquiridos deben ser respetados, y al mismo tiempo deben ser honrados en lo cotidiano para validar que son merecidos. Aunque es cierto que la Biblia NO avala la homosexualidad, no es menos cierto que las opiniones sobre el tema no justifican promover odios, discrimen, personalismos y guerras sin sentido.

 

Es interesante que la decisión, que contó con el voto de la jueza puertorriqueña Sonia Sotomayor, reafirme que la definición de matrimonio es materia que cae dentro del poder de cada estado. Por ende, hay respeto a la autoridad de los estados y no una arbitraria imposición en contra de lo religioso o tradicional. Dice la prensa:

 

·         “El Supremo deja claro cuál puede ser la salida legal para parejas homosexuales en estados que no le reconocen su matrimonio: en la medida en que en esos estados existan leyes que igualan las parejas de hecho (concubinatos) a los matrimonios para efectos de su aplicación, entonces esas leyes se le tienen que aplicar también a parejas homosexuales, aunque la definición oficial de matrimonio sea sólo la heterosexual. Con esta decisión, entonces, no se puede obligar a un estado a acepte a las parejas homosexuales dentro de la definición del matrimonio, pero se le puede obligar a que aplique a las parejas homosexuales todas las leyes relativas a una relación doméstica que apliquen a relaciones que no sean matrimonios, tales como los concubinatos o las relaciones de hecho”.

 

Aunque no sigo la línea homosexual y al inspirarme en la mujer surge todo lo mejor de mí, con objetividad debo reconocer puntos como los siguientes:

 

·         ¿Cómo atreverse a condenar lo gay como el pecado mayor y juzgar mucho sobre ciertas conductas “moralistas”, y evadir otras conductas, como las que incluyen mal manejo de dinero, el afán de alimentar apetitos desmedidos y el lucro en forma cuestionable?

·         ¿Cómo atreverse a condenar lo gay como el desorden mayor, y evadir lo que dicen las estadísticas sobre rupturas, adulterio, abandono de menores, pedofilia, violencia en hogares y tantos casos que en verdad atentan en contra de la familia?

·         ¿Cómo personas pretenden asumir el rol de juicio que solo le toca al Señor, sin medir palabras y sin desarrollar empatía? Del mismo modo que las autoridades civiles tienen un rol primario de orientar y en las controversias el rol de juzgar solo le toca a los jueces, en la fe al liderato religioso le toca orientar, orar y perseverar, y el rol de juzgar solo le toca al Señor. Todos compartimos la misma naturaleza humana con virtudes y defectos y en la fe y la vida, no todo es blanco o negro; es en las tonalidades grises que se descubre lo edificante, humano y cristiano.

 

La determinación del Tribunal lo que hace es extender unos derechos a un sector antes no cubierto, lo que NO implica ir en contra de lo tradicional.

 

La determinación del Tribunal  y las opiniones, NO establecen que se obligará a las iglesias a reconocer lo que la Biblia no avala. El término de “pareja legalmente casada” se enfoca en lo jurídico y no tiene que afectar lo religioso. El principio de separación de Iglesia y Estado permite el mutuo respeto de ambas autoridades.

 

El que la autoridad civil establezca que las parejas homosexuales (gays) legalmente casadas, deberán recibir los mismos beneficios federales que las parejas heterosexuales, no implica en las congregaciones se deberá renunciar a unas bases.

 

El tema seguirá sobre el tapete, por lo que en vez de alentar todo lo negativo asociado con el fanatismo religioso (recordemos que Jesús fue perseguido por religiosos), veo recomendable profundizar en las oportunidades de educación y evangelización que brinda la Equidad que es buena y agrada a Dios, ya que TODOS somos creación de Dios e hijos de Dios.

 

¿Qué positivo se adelanta con negar derechos o avalar injusticias? Ante las mayores controversias, lo más que se necesita es el mensaje maduro, sereno y propio. Legítimamente mucho se espera de quienes deben dar mejor ejemplo de armonía.

 

Que la real consagración y constructiva evangelización, sean inherentes a inspirar, educar y motivar con el ejemplo digno y las palabras luminosas y ungidas que hacen vigente el mensaje del Príncipe de Paz. Dios ilumine a todos.

 


 

 

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