El 26 de junio de 2013 pasa a la historia
porque mediante cerrada votación de 5-4, el Tribunal Suprema de Estados Unidos ha
determinado que las parejas homosexuales (gays) legalmente casadas, deberán
recibir los mismos beneficios federales que las parejas heterosexuales. Dice la
prensa:
·
“El
Tribunal invalidó hoy una disposición de la Ley Federal de Defensa del
Matrimonio que ha impedido a las parejas homosexuales casadas recibir una serie
de beneficios fiscales, de salud y de jubilación que generalmente están
disponibles para las personas casadas”.
·
“El
Tribunal decidió que la ley federal, conocida por sus siglas en inglés DOMA,
“es inconstitucional”, pues niega la igualdad de las personas que protege la
quinta enmienda de la Constitución estadounidense”.
Una determinación por un margen tan
cerrado, confirma que el tema no tiene punto final y que los debates seguirán.
Veo que procede la conciencia de que los derechos adquiridos deben ser respetados,
y al mismo tiempo deben ser honrados en lo cotidiano para validar que son
merecidos. Aunque es cierto que la Biblia NO avala la homosexualidad, no es
menos cierto que las opiniones sobre el tema no justifican promover odios,
discrimen, personalismos y guerras sin sentido.
Es interesante que la decisión, que contó
con el voto de la jueza puertorriqueña Sonia Sotomayor, reafirme que la
definición de matrimonio es materia que cae dentro del poder de cada estado.
Por ende, hay respeto a la autoridad de los estados y no una arbitraria
imposición en contra de lo religioso o tradicional. Dice la prensa:
·
“El
Supremo deja claro cuál puede ser la salida legal para parejas homosexuales en
estados que no le reconocen su matrimonio: en la medida en que en esos estados
existan leyes que igualan las parejas de hecho (concubinatos) a los matrimonios
para efectos de su aplicación, entonces esas leyes se le tienen que aplicar
también a parejas homosexuales, aunque la definición oficial de matrimonio sea
sólo la heterosexual. Con esta decisión, entonces, no se puede obligar a un
estado a acepte a las parejas homosexuales dentro de la definición del
matrimonio, pero se le puede obligar a que aplique a las parejas homosexuales
todas las leyes relativas a una relación doméstica que apliquen a relaciones
que no sean matrimonios, tales como los concubinatos o las relaciones de hecho”.
Aunque no sigo la línea homosexual y al
inspirarme en la mujer surge todo lo mejor de mí, con objetividad debo
reconocer puntos como los siguientes:
·
¿Cómo
atreverse a condenar lo gay como el pecado mayor y juzgar mucho sobre ciertas
conductas “moralistas”, y evadir otras conductas, como las que incluyen mal manejo
de dinero, el afán de alimentar apetitos desmedidos y el lucro en forma
cuestionable?
·
¿Cómo
atreverse a condenar lo gay como el desorden mayor, y evadir lo que dicen las
estadísticas sobre rupturas, adulterio, abandono de menores, pedofilia, violencia
en hogares y tantos casos que en verdad atentan en contra de la familia?
·
¿Cómo
personas pretenden asumir el rol de juicio que solo le toca al Señor, sin medir
palabras y sin desarrollar empatía? Del mismo modo que las autoridades civiles
tienen un rol primario de orientar y en las controversias el rol de juzgar solo
le toca a los jueces, en la fe al liderato religioso le toca orientar, orar y
perseverar, y el rol de juzgar solo le toca al Señor. Todos compartimos la misma
naturaleza humana con virtudes y defectos y en la fe y la vida, no todo es
blanco o negro; es en las tonalidades grises que se descubre lo edificante,
humano y cristiano.
La determinación del Tribunal lo que hace
es extender unos derechos a un sector antes no cubierto, lo que NO implica ir
en contra de lo tradicional.
La determinación del Tribunal y las opiniones, NO establecen que se
obligará a las iglesias a reconocer lo que la Biblia no avala. El término de “pareja
legalmente casada” se enfoca en lo jurídico y no tiene que afectar lo
religioso. El principio de separación de Iglesia y Estado permite el mutuo
respeto de ambas autoridades.
El que la autoridad civil establezca que las
parejas homosexuales (gays) legalmente casadas, deberán recibir los mismos
beneficios federales que las parejas heterosexuales, no implica en las
congregaciones se deberá renunciar a unas bases.
El tema seguirá sobre el tapete, por lo que
en vez de alentar todo lo negativo asociado con el fanatismo religioso
(recordemos que Jesús fue perseguido por religiosos), veo recomendable
profundizar en las oportunidades de educación y evangelización que brinda la
Equidad que es buena y agrada a Dios, ya que TODOS somos creación de Dios e
hijos de Dios.
¿Qué positivo se adelanta con negar
derechos o avalar injusticias? Ante las mayores controversias, lo más que se
necesita es el mensaje maduro, sereno y propio. Legítimamente mucho se espera
de quienes deben dar mejor ejemplo de armonía.
Que la real consagración y constructiva
evangelización, sean inherentes a inspirar, educar y motivar con el ejemplo digno
y las palabras luminosas y ungidas que hacen vigente el mensaje del Príncipe de
Paz. Dios ilumine a todos.
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