lunes, 24 de junio de 2013

El inicio de la semana confirma que desde los altares se influye mucho…


Hoy es lunes 24 de junio de 2013 y anoche muchos ojos miraron hacia la SuperLuna. Hoy hay quienes se encaminan a sus trabajos, hay quienes están de vacaciones, y hay quienes buscan algo mejor.

 

En ese escenario, es creciente el número de personas que opta por no congregarse y hay quienes optan por limitarse a congregarse en domingo. Sería sencillo argumentar con crítica a las personas, pero ciertamente esa vía de escape no sería justa ni digna.

 

Vivimos tiempos atípicos en que cuando el liderato religioso falla en forma más notable, desalientan a las congregaciones. Veamos algunas muestras:

 

·         Decepciona cuando se descansa demasiado sobre ministros y líderes y se abandona la obra social y humanitaria y el rol de educar.

 

·         Decepciona cuando se habla mal de las personas que se ausentan en vez de tender puentes, ya que es mejor orar por las personas que hablar de las personas.

 

·         Decepciona cuando se tergiversa el pensamiento de que “ovejas paren ovejas y los  pastores pastorean”, para no cumplir con el rol primario de alentar a la mutua ayuda y solidaridad; triste es cuando se opta por el libreto memorizado en vez de atender de verdad a las almas en la misma forma que se desea ser tratado.

 

·         Decepciona cuando se manejan escándalos en la ruta que tiende a la impunidad.

 

·         Decepciona cuando se juzga mucho sobre ciertas conductas “moralistas”, pero se evaden otras conductas, como las que incluyen mal manejo de dinero, el afán de alimentar apetitos desmedidos y el lucro en forma cuestionable.

 

·         Decepciona cuando se fomenta el egoísmo en vez de la humildad.

 

·         Decepciona cuando personas pretenden asumir el rol de juicio que solo le toca al Señor, no miden palabras y no desarrollan empatía. Es cierto que en Mateo 12:30 Jesús dice " El que no es conmigo, contra mí es…", pero eso solo lo puede decir Jesús en Su autoridad y nadie más se puede apropiar de eso para justificar guerras sin sentido y los reflejos de oscuridad personal. No merece ser seguido quien plantea “estás conmigo o estás contra mí”. Todos compartimos la misma naturaleza humana con virtudes y defectos y en la fe y la vida, no todo es blanco o negro; es en las tonalidades grises que se descubre lo edificante, humano y cristiano.

 

·         Decepciona cuando personas se adjudican el ser portavoces particulares del Altísimo con el “Dios me dijo”, con obvias agendas personales, en vez de profundizar en la realidad de que Dios emplea los medios que Él desea para responder y edificar (la verdad es que cada alma que crece, hace y siembra el bien, es instrumento de Dios en esas vivencias).

 

·         Decepciona cuando se tergiversa y abusa del término “Dios lo puso en mi corazón” para cerrar puertas al consejo y la corrección, y justificar los peores estilo y falta de dominio propio. Es en los altares en donde primero se debe buscar luz.

 

·         Decepciona cuando en temas como la Equidad que es buena y agrada a Dios, se opta por el mensaje de odio en vez del mensaje constructivo y salomónico.

 

·         Decepciona la nueva modalidad de tratar a las personas en forma diferente por lo que escriben en Facebook; como si la autoridad en el altar avalase la intolerancia.

 

·         Decepciona el tergiversar lo de que Dios busca adoradores, para enfocar la atención en el comercialismo de discos, simplificar y ser indiferentes.

 

·         Decepciona cuando se fomentan divisiones en vez de la conciencia de que es solo una Iglesia de Cristo y diversas congregaciones.

 

En fin, se que cada lector podrá sumar más a esa lista de puntos. Lo grande es que si reconocemos en la existencia de la Iglesia una muestra de Amor Supremo (instaurada en un mundo que no es perfecto), entonces procede buscar ser mejores seres humanos en todo escenario. Uno solo tiene control de los actos de uno mismo, por lo que cada cual –sin excepción y en igualdad- hará bien en preguntarse qué está haciendo para propiciar el bien que desea.

 

Desde los altares se influye mucho y es desde ahí que se opta por lo que atrae o por lo que repele; se determina si una obra crece, se estanca o desaparece (¿Cuántas obras siguen existiendo por el amor en el nivel de la congregación, pero no crecen por lo que ocurre o no ocurre en el altar?). Al mismo tiempo, desde el altar NO se puede hacer todo. Se necesita a todos y por eso, lo primero fundamental es que desde el altar se transmita amor, consagración y edificación.

 

Es cierto que debemos fundamentarnos en el Señor y no en hombres y que lo más esperanzador de todo lo anterior, está en la forma en que cada cual busque de verdad su desarrollo espiritual. Por eso y por la forma en que el Señor apoya los esfuerzos e Equidad y cristianismo en lo que se vive ante todo embate, hay esperanza.

 

Veo que es importante la oración para que quienes estén ante las congregaciones, NO se dañen, NO dañen y fomenten la plena abundancia de todos en línea con la Palabra y la sana doctrina cristiana. Apoyemos al liderato religioso y cristiano que cumple bien. Busquemos en todo lo posible, concienciar al liderato religioso y cristiano que falla. El país nos necesita a todos. Dios ilumine a todos.

 

--Gerardo L. Berríos Martínez

 


 

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