jueves, 27 de junio de 2013

Sea la decisión del Tribunal Supremo que extiende derechos, oportunidad para fomentar una buena civilización con sana y constrictiva conciencia.


Aunque no sigo la línea homosexual y al inspirarme en la mujer surge todo lo mejor de mí, ESTOY A FAVOR de la determinación del Tribunal Supremo de Estados Unidos de que las parejas homosexuales (gays) legalmente casadas, deberán recibir los mismos beneficios federales que las parejas heterosexuales.

 

La determinación del Tribunal lo que hace es extender unos derechos a un sector antes no cubierto, lo que NO implica ir en contra de lo tradicional. ¿Quién en su sano juicio puede concebir que se sirve bien, se agrada a Dios y se evangeliza fructíferamente mediante la violencia y el negar el derecho a vivir en paz a quien piense diferente?

 

Estoy convencido de que la postura correcta no es atacar y juzgar, sino sembrar, orar, dar buen ejemplo y dejar que el Espíritu Santo revele y obre. Con toda sinceridad, NO puede ser de Dios el juicio selectivo de fijación en lo que se ve con ojos “moralistas”, y ser indiferente a otras conductas que causan mayores daños y hasta se justifican con extraño “puritanismo”. Es mejor educar sobre lo que dice la determinación judicial en vez de tergiversar y así, fomentar bases de altura, buena civilización y sana conciencia.

 

La determinación del Tribunal  y las opiniones, NO establecen que se obligará a las iglesias a reconocer lo que la Biblia no avala. El término de “pareja legalmente casada” se enfoca en lo jurídico y no tiene que afectar lo religioso. El principio de separación de Iglesia y Estado permite el mutuo respeto de ambas autoridades.

 

El que la autoridad civil establezca que las parejas homosexuales (gays) legalmente casadas, deberán recibir los mismos beneficios federales que las parejas heterosexuales, no implica en las congregaciones se deberá renunciar a unas bases.

 

El tema seguirá sobre el tapete, por lo que en vez de alentar todo lo negativo asociado con el fanatismo religioso (recordemos que Jesús fue perseguido por religiosos), veo recomendable profundizar en las oportunidades de educación y evangelización que brinda la Equidad que es buena y agrada a Dios, ya que no todos piensan igual, pero TODOS somos creación de Dios e hijos de Dios. Sea la vida una causa de amor.  

 

¿Qué positivo se adelanta con negar derechos o avalar injusticias? Ante las mayores controversias, lo más que se necesita es el mensaje maduro, sereno y propio. Legítimamente mucho se espera de quienes deben dar mejor ejemplo de armonía.

 

Que la real consagración y constructiva evangelización, sean inherentes a inspirar, educar y motivar con el ejemplo digno y las palabras luminosas y ungidas que hacen vigente el mensaje del Príncipe de Paz. Dios ilumine a todos.

 


 

 

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