Aunque no sigo la línea homosexual y al
inspirarme en la mujer surge todo lo mejor de mí, ESTOY A FAVOR de la
determinación del Tribunal Supremo de Estados Unidos de que las parejas homosexuales
(gays) legalmente casadas, deberán recibir los mismos beneficios federales que
las parejas heterosexuales.
La determinación del Tribunal lo que hace
es extender unos derechos a un sector antes no cubierto, lo que NO implica ir
en contra de lo tradicional. ¿Quién en su sano juicio puede concebir que se
sirve bien, se agrada a Dios y se evangeliza fructíferamente mediante la violencia
y el negar el derecho a vivir en paz a quien piense diferente?
Estoy convencido de que la postura correcta no es
atacar y juzgar, sino sembrar, orar, dar buen ejemplo y dejar que el Espíritu
Santo revele y obre. Con toda sinceridad, NO puede ser de Dios el juicio
selectivo de fijación en lo que se ve con ojos “moralistas”, y ser indiferente
a otras conductas que causan mayores daños y hasta se justifican con extraño “puritanismo”.
Es mejor educar sobre lo que dice la determinación judicial en vez de
tergiversar y así, fomentar bases de altura, buena civilización y sana
conciencia.
La determinación del Tribunal y las opiniones, NO establecen que se
obligará a las iglesias a reconocer lo que la Biblia no avala. El término de
“pareja legalmente casada” se enfoca en lo jurídico y no tiene que afectar lo
religioso. El principio de separación de Iglesia y Estado permite el mutuo
respeto de ambas autoridades.
El que la autoridad civil establezca que las
parejas homosexuales (gays) legalmente casadas, deberán recibir los mismos
beneficios federales que las parejas heterosexuales, no implica en las
congregaciones se deberá renunciar a unas bases.
El tema seguirá sobre el tapete, por lo que
en vez de alentar todo lo negativo asociado con el fanatismo religioso
(recordemos que Jesús fue perseguido por religiosos), veo recomendable
profundizar en las oportunidades de educación y evangelización que brinda la
Equidad que es buena y agrada a Dios, ya que no todos piensan igual, pero TODOS
somos creación de Dios e hijos de Dios. Sea la vida una causa de amor.
¿Qué positivo se adelanta con negar
derechos o avalar injusticias? Ante las mayores controversias, lo más que se
necesita es el mensaje maduro, sereno y propio. Legítimamente mucho se espera
de quienes deben dar mejor ejemplo de armonía.
Que la real consagración y constructiva
evangelización, sean inherentes a inspirar, educar y motivar con el ejemplo
digno y las palabras luminosas y ungidas que hacen vigente el mensaje del
Príncipe de Paz. Dios ilumine a todos.
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