Cuando
comienzan a notarse las estrellas que anuncian la llegada de la noche, lo mejor
es hacer el inventario del día y dedicarle al Creador todos los logros,
esfuerzos y afanes. Aún quien se sienta que durante el día está en la más
oscura noche, puede dar gracias al Señor por lo que mantiene encendida la llama
de fe, amor y vida.
Sobre el 2014, es
propio recordar que información indica que el 14 es el número gemátrico (método
que da a cada carácter hebreo un valor numérico) del rey David. David significa “el elegido de Dios”. Afirmo
que Dios emplea los medios que Él desea para responder y obrar. En
consecuencia, si el año 14 es signo del “elegido” o “la elegida”, entonces cada
cual puede proponerse ser canal de luz y bendición.
Al contemplar
el 1 de julio de 2014, es propio destacar que es el mes del cumpleaños de una
estrella que como los astros que iluminan el firmamento y lo infinito, ella
ilumina todo escenario: la gran alma
con dones, belleza inenarrable, energía, llamado único y presencia sin igual
con el nombre artístico de Melina León. Ciertamente Melina es enaltece los grandes significados
y es perfecta creación del Señor.
Celebremos el cumpleaños de quien enaltece al Corazón de Mujer. Celebremos
que Dios se creció al crear a la mujer. Celebremos la perfección hecha por el
Creador supera palabras y dice mucho. Celebremos cada decisión en cada alma
–conociendo el Señor cada detalla de fe y perseverancia—de hacer de la vida una
causa de amor y de consagración de cada testimonio que eleva cumplimientos,
rompe moldes y da luz.
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“El camino nace del caminante”. --José Ángel Buesa
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