En el 2013, la
portada de la Edición de Colección del 2013 de la revista “TV y Novelas, Puerto
Rico” fue engalanada con la presencia de la gran alma con dones, llamado único, energía,
belleza inenarrable y presencia sin igual, con el nombre artístico de Melina
León. Sin ánimo de menospreciar a quienes comparten la portada, con el debido
respeto quedé sin palabras ante la sublime hermosura de Melina que solo puede
hacer el Creador. Dios se creció al crear a la mujer. Ante la foto de Melina:
¡Claro que puede haber perfección en la creación!
Melina León
ejemplifica que puede haber belleza externa con mayor belleza interna. Como
hombre, le doy las gracias y la gloria a Dios cuando la mujer le da lecciones a
los hombres. Como hombre de fe, reconozco que grande es el Corazón de Mujer. ¡Claro
que hay destellos de perfección y potencialidades inéditas de luz trascendente!
¡Qué sublime es la visión que unifica, dignifica y consagra todo lo mejor del
ser!
La Biblia en
Cantares exalta la Belleza, y en Proverbios enseña a buscar balance y fomentar
la mayor y más completa Belleza que viene de adentro. Es en ese nivel que
brilla Melina, ya que lo que le engrandece nace de su amor, fe, talentos,
perseverancia, espontaneidad, capacidad para ser atenta hacia el prójimo,
firmeza en lo que ve como justo, carácter y sensibilidad para armonizar tanto
que palpita en ella. En otras palabras, en el mundo son casi incontables las
damas con atractivo físico que modelan bien. En el caso de Melina León, es
infinitamente más. El encanto de Melina León forjado
por el Creador, supera palabras y dice mucho.
Para
muestra, con un botón basta: En el Antiguo Testamento se destaca el valor y
liderato de la mujer. Un gran ejemplo está en Ester. En
el relato bíblico, Ester brilló por el valor, los dones y la gran belleza
física que nace del interior (confirma que puede haber belleza externa con
mayor belleza interna), y Dios obró por medio de ella. Con sumo respeto y
sinceridad, y sin ánimo de caer en sacrilegio, no dudo que Ester hubiese
palidecido ante Melina León.
Ciertamente Dios emplea los medios que Él desea para responder y edificar;
Melina León es uno de esos medios selectos.
El buen corazón, el sabio intelecto,
la acción iluminadora y la belleza son de Dios. Al optar por los principios
salomónicos y constructivos, se confirma que somos llamados a reconocer que
cada alma que crece, hace y siembra el bien, es instrumento de Dios y canal de
bendición. Dios ilumine a todos.
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