Ante
términos como la belleza, el intelecto y la sensualidad, surgen diversidad de
comentarios. Si vemos lo bíblico, el libro de Cantares y la historia de Ester
confirman que la belleza, el intelecto y la sensualidad son de Dios. Si vemos
con objetividad las realidades de la existencia, la imagen influye mucho en los
medios.
Habrá
quien vea que hay estilos y vestidos que acentúan mejor la elegancia, y habrá
quien piense que es sabio acentuar el físico. Habrá quien piense que es
inadecuado lo atrevido y habrá quien en realidad tenga envidia por un cuerpo
admirado. Ante debates y comentarios, la realidad es que la belleza y el
intelecto no son pecados, son parte de la creación. Por ende, en vez de
criticar, juzgar y condenar, es mejor fomentar lo salomónico en el cuido
integral de la salud, lo físico y la autoestima.
Así, veo
lo salomónico en fomentar la conciencia de que lo más sensual y deslumbrante no
exhibe todo, sino que cubre con arte y deja espacio a la imaginación con estilo
ejemplar, naturalidad y encanto sublime.
Históricamente,
lo más dañino no ha estado en lo llamativo en una pasarela, sino en la
intolerancia, el cainismo y lo opuesto a la equidad; en los estilos de
exclusión en vez de los estilos de paz, amor
y concordia. Es mejor ver en todo lo admirable lo que hace el Señor. Dios mismo
determina sobre Sus hijos, sobre las bendiciones y sobre la salvación. Al ser
humano le toca hacer y sembrar el bien, ya que todo lo mejor del ser humano
nace y se manifiesta desde la conciencia que todos somos hijos de Dios.
Lo
concreto es que desde el puritanismo se origina lo peor, y nadie en su sano
juicio eliminaría de los museos las obras al desnudo y las que acentúen lo
físico. Reconozco que mi mayor admiración es hacia la gran alma con dones,
belleza inenarrable, energía, llamado único y presencia sin igual con el nombre
artístico de Melina León (reconozco en ella brillos de perfección).
La
constante es que el arte, la belleza, la sabiduría, la lógica y la ciencia son
de Dios; y Dios se creció al crear a la
mujer…
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