domingo, 8 de junio de 2014

Sea la vida una sabia causa de amor y no de cainismo.


·         "Reposará en la estepa la Equidad, y la justicia morará en el vergel; el producto de la justicia será la paz, el fruto de la Equidad, una seguridad perpetua”. --Isaías 32:16-17

La vida es oportunidad y llamado. La vida es milagro y testimonio. La vida es para buscar enfocarla en lo que infunde paz y no para desperdiciarla en cainismo y mal. La sabiduría y esencia de plenitud está en hacer de la vida una causa de amor.

Cuando surge el estilo más agresivo, maltratante y discordante desde ciertos religiosos en vez de desde lo político y otras áreas, y más expresiones cristianas y humanitarias desde lo que no es religioso, se confirma que vivimos tiempos atípicos.

Siento empatía hacia los maltratados por no decir “Amén” a los estilos y mensajes que tanto hieren y dañan, hacia quienes no han tenido otra opción que dejar roles ministeriales, o incluso no congregarse o asistir solo el domingo.

Afortunadamente no todo el liderato religioso falla. Por eso es importante la oración para que quienes estén ante las congregaciones, NO se dañen, NO dañen y fomenten la plena abundancia de todos en línea con la Palabra y la sana doctrina cristiana.

Porque vivimos tiempos atípicos, se puede encontrar lo positivo al ver lo esperanzador en que cada persona busque su genuino y verdadero desarrollo espiritual (superando moldes y manipulaciones), y al recordar que Dios emplea los medios que Él desea para responder, obrar y edificar. Toda alma que opta por hacer y sembrar el bien, pasa ser instrumento del Altísimo y canal de bendición.

Que cada alma tenga el Damasco que le permita crecer y ser mejor ser humano. Así, alerta ante quienes NO honran la vocación consagrada, oremos por quienes están ante las congregaciones para que cumplan bien, y sigamos solidarios con las buenas causas en la base de que todo lo mejor nace y se manifiesta desde la conciencia que todos somos hijos de Dios y por ende, la Equidad es buena y agrada a Dios.

·         “Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces.
Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos?
Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos.
No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos.
Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego.
Así que, por sus frutos los conoceréis.” --San Mateo 7:15-20
         





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