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“Bienaventurados los que procuran la paz, pues ellos
serán llamados hijos de Dios.”. –Mateo 5:9
El
sol del 7 de mayo de 2014, iluminó una gran noticia:
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“La administración del
gobernador Alejandro García Padilla y el liderato de seis sindicatos que
representa a más del 90% de los empleados unionados de las agencias del
gobierno central culminaron hoy un histórico proceso de negociación que permite
adoptar de manera voluntaria, mediante enmienda a los convenios, ajustes en los
beneficios económicos de los empleados que agrupan estos sindicatos”.
Es un
gran paso de paz que confirma que Puerto Rico está gobernado por líderes
ungidos por el Señor; no hay ser humano perfecto, pero ciertamente los buenos
propósitos alientan todo lo mejor, y con fe bien fundada en lo salomónico se
logra más. Se confirma que los esfuerzos de sana administración y progreso con equidad,
son buenos y agradan al Creador. Las fallas no son más que eso.
Se
logran acuerdos cuando no dirige el estilo de despidos masivos, de la
intransigencia y de buscar silenciar a todo el que piense diferente. Aún así, no
faltarán voces de extremistas y fundamentalistas que puedan oponerse a la
estabilidad y serenidad del país. No faltarán quienes piensen que es mejor el
cainismo y la política del caos para lograr unos fines particulares.
Lo
importante es apoyar y maximizar las noticias esperanzadoras y los pasos constructivos,
ya que todo lo mejor del ser humano nace desde la conciencia de que todos somos
hijos de Dios. Adelante, jalda arriba hacia la cumbre luminosa.
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“El progreso de unos no puede ser a costa de
la miseria de otros. La miseria de todos, tampoco puede significar progreso
para alguien. Es menester que, de nuestra obra y de nuestro quehacer, surja un
sentido de equidad y justicia en el orden social, y un convencimiento en todos
los puertorriqueños de que nuestra comunidad, nuestro bienestar, nuestro
progreso, merecen su lealtad primaria por encima de todo partidismo,
sectarismo, interés particular o ideología”. –Rafael Hernández Colón
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