Mucho se ha estado informando,
opinando, analizando y debatiendo sobre el tema del encuentro del gobernador
Alejandro García Padilla con miembros de su clase Graduada. En las fotos notaba
la espontaneidad y sonrisas que combinan amistad y gratos recuerdos. No faltará
el tradicional “estamos igualitos”.
No está bien sacar temas de
proporción. Son momentos especiales que trascienden diferencias. Son imágenes
que positivamente se prestan a fomentar que cuando los retos aumentan, los motivos
de alegría y esperanza son los que más fortalecen.
¿Cuántos de los que critican
señalando que esa actividad dio mal ejemplo, en su vida no dan ejemplo de ayuda
a los más necesitados? Quienes se pegan hasta de un clavo caliente para atacar,
me recuerdan el relato de Mateo 26:6-11:
·
“Y estando Jesús en Betania, en casa de Simón el
leproso, vino a él una mujer, con un vaso de alabastro de perfume de gran
precio, y lo derramó sobre la cabeza de él, estando sentado a la mesa. Al ver
esto, los discípulos se enojaron, diciendo: ¿Para qué este desperdicio? Porque
esto podía haberse vendido a gran precio, y haberse dado a los pobres. Y
entendiéndolo Jesús, les dijo: ¿Por qué molestáis a esta mujer? pues ha hecho
conmigo una buena obra. Porque siempre tendréis pobres con vosotros, pero a mí
no siempre me tendréis”.
Una de las
grandes lecciones de esa Palabra es que hay momentos en la vida que son para
vivirlos, y que quienes más juzgan --con tono de odio-- invocando caridad son
quienes menos la practican. Aún limitando los usos de La Fortaleza, eso no
significa que se enajene de realidades; por ejemplo: ¿Por el hecho de que
Barack Obama sea presidente y enfrente los temas a nivel del territorio
norteamericano y a nivel mundial, ya no puede recibir visitas y debería proyectar
depresión? Jesús enseñó a confiar, perseverar y no perder la alegría. Voy más
allá:
¿A cuántos nos
hubiese gustado poder dar un compartir así a miembros de la Clase Graduada?
¡Claro que me hubiese gustado dar un compartir así y más a los miembros de mi
Clase Graduada de Ponce High de 1985! Lo inspirador y aleccionador de la
iniciativa del Gobernador, es que hay un llamado a cada Clase Graduada a
desarrollar todo lo mejor que puedan para confraternizar, celebrar, testimoniar
y consagrar.
En cada Clase Graduada palpitan los
testimonios del poder de las semillas. Cada buen testimonio es toda una crónica
que incluye como gran sumatoria a padres, maestros, compañeros de estudio,
personal escolar y comunidad. Es motivo de gozo cada alma que expresa que llegó
a la meta, y es llamado a la conciencia humana y cristiana cada alma que
necesita ayuda.
Porque con cainismo un país no crece
ni progresa, y porque el hecho de haber adversidades no significa que se suspenderá
todo motivo de aliento, que el encuentro de la Clase Graduada del Gobernador
sea poderoso ejemplo de que podemos ser agradecidos hacia quienes enaltecen la vocación
educadora y formativa, y alcanzar grandes metas con sabia perseverancia. Es
fomentando paz, armonía, concordia y soluciones salomónicas que se hace patria.
Adelante en la vida como causa de amor…
·
“Tenemos en
nuestra mano el tesoro inmenso de una semilla. Según la sembremos y la
amparemos será la cosecha que ahora y en el futuro recojan las gentes que
habitan y que entonces habiten esta tierra de Puerto Rico...
Un antiguo refrán
dice: ‘¡Si la juventud supiera! ¡Si la vejez pudiera!’ Si la juventud supiera,
¡qué mucho podría hacer su vigor juvenil con el saber maduro! Si la vejez
pudiera, ¡qué mucho podría hacer su experiencia con su poder! Este refrán
encarna uno de los anhelos trágicos de la vida humana. Es una de esas tragedias
que la humanidad acepta en el misterio de su existencia con suave y honda
resignación: La juventud nunca sabe bastante; la vejez nunca puede bastante.
Sin embargo, en este momento de Puerto Rico se está dando la maravilla en su
personalidad de pueblo de que el sabio refrán resulta falso. Al asumir nuevo
poder después de 450 años, el pueblo se siente viejo y sabio por esa abundancia
de años, y se siente joven y fuerte por el nuevo poder que asume”.
--Luis Muñoz Marín
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