sábado, 25 de octubre de 2014

Es real: el tiempo es breve, corre más rápido y hay que aprovecharlo positiva y constructivamente...

¿Cuántos se suman a la expresión de que se siente que está pasando el tiempo más rápido? Aunque si veo el reloj cada minuto tiene 60 segundos, reconozco que va en aumento esa sensación de que el reloj avanza más rápido.
                   
Decidí buscar un poco en internet y una explicación científica está en la teoría de Schumann. En los términos más breves, dice
·         “La Resonancia de la Tierra (Resonancia Schumann) ha sido de 7.8 hertzios/segundo por miles de años. Desde 1980 se ha elevado hasta 12 Hz. Esto significa que 16 horas equivalen ahora a un día de 24 horas. ¡El tiempo se está acelerando!”.
                                   
Otro detalle es el siguiente:
·         “PUNTO CERO Y RESONANCIA DE SCHUMANN
Si la Tierra detiene su rotación y la frecuencia de resonancia alcanza los 13 ciclos, estaríamos en el campo magnético del punto cero o 13 de la escala de Schumann que tiene como valores de medición el número 1 como un campo magnético muy alto y el 13 como un campo magnético muy bajo. Un campo muy bajo es igual al que había en la Palestina cuando vivió Jesús. La Tierra se detendría y en dos o tres días comenzaría a girar nuevamente en la dirección opuesta. Esto produciría una reversión en los campos magnéticos alrededor de la tierra”.
                                                        
En lo optimista, se va dejando de hablar de “fin del mundo” para abrazar el concepto de “evolución”. ¡Una nueva conciencia hace un nuevo mundo!
Si vemos la Biblia, en San Mateo 24:22 dice: “Y si aquellos días no fueran acortados, nadie sería salvo; pero por causa de los escogidos, aquellos días serán acortados”.

No todo se puede ver en forma literal en los relatos y enseñanzas del Sagrado Libro; veo que no se trata de palabras para fomentar el terror, sino para alentar la esperanza. No contradice lo que dice Jesús en San Juan 10:10 de que vino para que tengamos “vida en abundancia”, sino que se alienta la fe, el amor y la sabia perseverancia.

No obstante, la evolución individual no se logra a plenitud si se insiste en la terquedad en más de lo mismo. La importancia del crecimiento individual es que la suma de muchos siendo edificados cada uno en su propio rol, hace un gran nosotros. Así:
·         Somos llamados a evolucionar de verdad.
·         Somos llamados a buscar más de Dios, no por el temor a un final, sino por la consagración del nuevo yo para el nuevo y mejor nosotros.
·         Somos llamados a vivir el cristianismo; lo que no se logra con rituales o apariencias, sino en la vida digna, el buen servicio y la obra social.
·         Somos llamados a fomentar la igualdad humana.
·         Somos llamados a vivificar la fe y el amor mediante la capacidad de cumplir con visión, valor y honor.

En resumen, la ciencia plantea que el fin de la Tierra se daría al morir el Sol, pero incluso ante eso han surgido nuevas teorías de que la Tierra puede sobrevivir. La realidad es que existe el ciclo normal de nacer, vivir y morir.

Se ha contemplado que para ese futuro, la salvación del género humano estaría en otro planeta habitable. No es imposible que la tecnología llegue a poder realizar eso, pero no entraré en ese punto para no desviarme del tema.
Se estima que todavía le quedan millones de años de vida al Sol, pero el mayor entendimiento se encuentra en que el nuevo mundo surge en cada uno. En consecuencia, no es cuestión de ver como sin sentido el nacer para morir, sino de ver los llamados y posibilidades del vivir para evolucionar.

Ante lo aún no logrado, no nos rindamos. Ante las realidades que no son el escenario ideal y los retos, no nos rindamos. Ante los asuntos pendientes, ¡sigamos adelante!
Se fomenta la acción de gracias a Dios por ser justo y bueno, no para escapar de lo que hay que enfrentar. Busquemos ser parte de las soluciones. No pongamos la cabeza bajo tierra como el avestruz, ¡levantémonos como el águila con la capacidad para alcanzar alturas sin precedentes, mirar directo al sol y renovarse con más fuerza y admirable presencia! ¡Ahora es que vamos!

¡Aprendamos a no desperdiciar el tiempo! Somos llamados a ser sembradores y constructores. Cuando la tierra prometida parece más distante, renunciar no debe ser opción. No se trata de alentar una fijación o un desorden, sino de contemplar que tiene que tener poder real lo que se dice de que lo imposible para el hombre es posible para Dios. Se trata de lo que paso a paso, venciendo retos y afirmando la razón de ser de la visión consagrada y/o del solemne pacto (promesa), supere la prueba del tiempo por todo lo que es más. En la medida que somos llamados a hacer un mundo mejor, al ser el cambio inevitable parte de la creación, busquemos su perfección en el proceso de evolución. En el episodio de la serie clásica de “Star Trek”, titulado “Mirror, Mirror”, se da la expresión de que “el futuro es siempre una interrogante”. Dios ilumine  a todos.



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