Gracias
a la arquitecta Astrid Díaz por abonar –con su cumpleaños—a redimir al número
13. Los chinos ven al número 13 como “afortunado”, lo que
nos debe motivar a ver que no es imposible redefinir y perfeccionar. Recordemos que en la última cena, el número 13 lo
representa Jesús: Maestro, Revolucionario, Resucitado, Redentor.
Gracias a la arquitecta Astrid Díaz por ilustrar con arte e
institucionalizar las diversas dimensiones creativas, educativas, históricas y
culturales de la arquitectura. Gracias así por dar trascendencia con toque
divino; es como tener la más inspirada perspectiva en la contemplación integral
de una maqueta (es ver lo trazado con visión y fomentar en esa dinámica el ser
forjadores).
En Génesis 2:18-25 se presenta la creación de la mujer como la más
inspirada obra maestra. No es casualidad, sino causalidad, que sea de la mujer
un poder de origen creador y el vital rol maternal. Veo algo del ojo detallista
de la mujer y de las características detallistas de la arquitectura, en el
relato de inicio de Génesis cuando Dios trae luz y orden a la Tierra.
Gracias
a la arquitecta Astrid Díaz por fomentar lo humano y cristiano, que es
testimonio de disciplina; ruta luminosa que vivifica al arte y la creatividad,
la constructiva perseverancia con fe y sublimes detalles, el amor y la vocación
bien desarrollada y consagrada. Bendecida en su día y más allá con
colaboradores y familia.
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“Como meta, la arquitectura debe
proponernos la creación de relaciones nuevas entre el hombre, el espacio y la
técnica”. --Hans Scharoun
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