El domingo 23 de junio
de 2013 fue noche de la SuperLuna, ya que por la órbita elíptica de la Luna alrededor
de nuestro planeta, esa fecha fue una de las ocasiones en que estuvo más cerca.
Pareció más grande, por el efecto de la cercanía. Han pasado dos años y tiene
vigencia el mensaje de que la realidad es que la SuperLuna siempre está ahí e
invita a la cercanía con lo amoroso, inspirador y trascedente para dar
grandeza, visión y pasión a la vida.
Recordemos que no es
otra Luna, sino la misma Luna, que invita a abrir los ojos, entender y
redescubrir. ¿Cuántas veces da más trabajo ver y recocer lo más lógico y
correcto? ¿Cuántas veces se pierde de perspectiva reconocer el verdadero y
crecer ahí? Ante toda luna llena, recordamos que no hay oscuridad total ante la
luz.
Luna de fe, amor,
pasión, compromiso e inspiración trascendente. Ante toda luna llena, surge en
mí el recuerdo de la canción “Baño de Luna” de la gran alma con dones,
talentos, llamado único, energía, belleza inenarrable y presencia sin igual,
con el nombre artístico de Melina León.
Dios emplea los medios
que Él desea para responder y edificar; Melina es uno de esos medios, por lo
que merece la cobertura de sabios consejos y sinceras oraciones (que toda
admiración y más, adquiera nuevos y mejores sentidos en el consagrado corazón
que es fe viva y más). Cada alma que crece, hace y siembra el bien, es
instrumento de Dios en esas vivencias. Que cada inspiración de cada luna llena,
sea sol ante las conciencias. A Dios consagro todo y la razón de ser de mi
perseverancia.
Desde cada ventana,
que cada Luna ilumine una gran inspiración con real, forjador y consagrado
poder. Que la vida sea una causa de amor; en que todo el ser y lo que vivamos
refleje todo lo mejor de la luz que viene de adentro. Dios ilumine a todos.
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