El humilde y buen corazón, el sabio
intelecto y la heroica acción iluminadora son de Dios. En ese contexto, puede
haber gran belleza externa con suprema belleza interna. Al optar por los
principios salomónicos y constructivos, se confirma que somos llamados a
reconocer que cada alma que crece, hace y siembra el bien, es instrumento de
Dios y canal de bendición. ¡A dar vida a la vida! ¡Excelente fin de semana!
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“Todo nuestro conocimiento tiene su principio en los
sentimientos”. --Leonardo
Da Vinci
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