La crisis
económica de 1974 fue causada por el aumento en el costo del petróleo. Fue una
crisis mundial. Incluso Nueva York estuvo al borde de la bancarrota. En esa
tempestad, Puerto Rico se mantuvo a flote gracias a medidas administrativas y
de austeridad y sus estructuras como ELA; y fueron significativos los logros
como el aumento en la producción agrícola, el impulso al turismo con la
creación del Programa de Paradores Puertorriqueños, la construcción de nuevas
plazas de mercado, la Sección 936 (para crear empleos y promover el desarrollo
económico), y más.
En ese
contexto, la administración de Rafael Hernández Colón logró el Programa de
Cupones para Alimentos, hoy llamado Programa de Asistencia Nutricional (PAN), lo
que fue un humano y cristiano avance de justicia social para ayudar a los más
necesitados e impulsar al comercio. Fue una hazaña que en tiempos de crisis,
acciones de sabotaje al proyecto de Nuevo Pacto, y hasta de los efectos de
Watergate, superó teorías y partidismo. Lo humano y cristiano no es “mantengo”
y voy más allá: Para casos meritorios y personas que pierden el empleo en forma
inesperada, esa ayuda es vital (nadie está exento de un jamaqueo en la vida,
por lo que debe haber prudencia).
Hoy, el
PAN sigue siendo importante para auxiliar a quienes enfrentan escasez o una
situación de emergencia. El que muchos hoy necesiten el PAN, no debe verse como
motivo para juicios o abstracciones, críticas o burlas, humillaciones o el
cainismo que nada bueno aporta. El que muchos hoy necesiten el PAN
(objetivamente, el número no es mayor por la emigración), no debe verse como cuestión
de status político o como medio de manipulación partidista. El que muchos hoy
necesiten el PAN debe llevar a reconocer la importancia de ese recurso y sobre
todo, como un reclamo de justicia.
Se trata de un reclamo de justicia
para comprender que se necesita un nuevo modelo de desarrollo socioeconómico y sobre
todo, un mejor sistema que no castigue a las personas por conseguir empleo (como
los aumentos dramáticos de renta que ocurren en el residencial público cuando
la persona consigue empleo). Voy más allá: La crisis confirma que no es el
momento para un IVA desmedido o un IVU agrandado, ni para rígidos aumentos.
Siguen teniendo sentido las propuestas de mejorar la captación del IVU con los
municipios, renegociar la deuda, el impuesto de 10% a las empresas foráneas. En
el nuevo modelo de autosuficiencia y desarrollo socioeconómico, como muestra, el
hacer de la Isla un punto de trasbordo internacional, puede potenciar a la Isla
entera, toda su infraestructura y sistema educativo, en tal magno proyecto de
progreso con equidad. Pero no habrá adelanto si se pierde la esencia humana.
La esencia humana requiere
comprensión y empatía hacia quienes reciben el PAN. Nadie está exento de una
crisis o una emergencia y el que pueda haber quien abuse de la ayuda, no
justifica dejarse consumir por odios y clasismos. Procede recordar una cita de
1975 del maestro y prócer Luis Muñoz Marín: “Le regalan mucho –como los cupones
de alimentos--, pero ¿cómo nos va a dar el corazón para que no le regalen
cupones de alimentos a los que tienen poco si nuestra sociedad no le regatea
nada a los que tienen mucho?” (Ver la cita en carta publicada en el libro “Luis
Muñoz Marín, Memorias 1898-1940”). Dios ilumine a todos en la patria que nos
necesita a todos.
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