La política
teórica alejada de unas realidades, es utópica y puede alimentar instintos de
soberbia y arrogancia. La política vista solamente para satisfacer unos
intereses sin base ideológica alguna, tiende al egoísmo y a apetitos
desmedidos.
La
buena política establece unos balances de ideas y afanes ante unas realidades y
unos principios ideológicos y programáticos. La política que es lucha de poder,
cambia y evoluciona cuando se emplea dicho poder para hacer el bien y dar
cátedra.
Recuerdo
que conocí a Roberto Cruz Rodríguez en 1984 en Ponce, en un proceso primarista
siendo él, líder del Partido Popular Democrático en su comunidad. No
contemplaba Roberto llegar a ser Legislador y no contemplaba este servidor llegar
a ser parte de aspectos del diseño de su campaña política y de su equipo
legislativo.
El
tiempo nos condujo a donde no contemplábamos. Roberto Cruz le dio a la función
legislativa unas esenciales bases de conciencia humana y de pueblo, y a lo ideológico
le dio el sentido del deber y de productividad que superaba teorías y utopías.
En
el Día de los Padres, es propio reconocer que Roberto se ganó un apoyo genuino que
amplió lo familiar y al mismo tiempo, él llegó a ser un padre para muchos en la
medida de las oportunidades de hacer patria y las lecciones de vida.
En
el Día de los Padres, es buen momento para agradecer a Roberto Cruz Rodríguez
la validez y méritos de sus palabras, y que en las buenas obras que solo ve el
Señor tiene el toque de bálsamo y bendición que hacen al real cristianismo. Demos
gracias por seguir contando con la consagrada presencia de él. Bendecido con
toda la familia.
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