lunes, 5 de mayo de 2014

El problema de los Casinos no es externo.

Lo publicado sobre la retadora situación financiera de la industria de casinos en Puerto Rico, me recuerda que navegando en internet en el 2013, encontré interesante información sobre la aportación de los casinos a la economía:

·         “Los casinos en Estados Unidos y las industrias que dependen de ellos contribuyeron en el 2010 con 125,000 millones de dólares a la economía nacional, el equivalente al 1% del producto interno bruto, PIB…”.
“…El informe revela que 566 casinos en 22 estados contribuyeron con 125,000 millones de dólares en inversiones y casi 820,000 empleos en el 2010.
Los gastos directos de los casinos representan 350,000 empleos y 50,000 millones de la cifra general. Aproximadamente un tercio del dinero proviene de fuentes ajenas al juego, como venta de alimentos, hoteles y entretenimiento.
Los gastos abonados directamente por la industria en 2010 sumaron casi 16,000 millones de dólares, o 25,000 millones si se tiene en cuenta la actividad indirecta. Eso eleva la tasa impositiva efectiva de la industria al 32%, que es superior a la carga fiscal para la economía en general del 27%, dijeron investigadores”.
                                             
·         “Los 21 casinos autorizados por la Compañía de Turismo de Puerto Rico han aportado U$S 314 millones en lo que va de año fiscal 2007-2008 (de julio a junio) a la economía puertorriqueña, lo que representa un crecimiento del sector del 2.02% con respecto al período anterior”.
“… el sector turístico de los casinos ofrece en Puerto Rico casi siete mil empleos directos e indirectos, lo que representa unos U$S 85 millones anuales en nóminas”.
                                                       
La aportación positiva a la economía del país y el enorme potencial constructivo, supera las críticas negativas.

¿Cuáles son los problemas hoy que proyectan impactar mucho? Considero que el problema de los Casinos no es externo. El problema no está en las llamadas “máquinas ilegales”, sino en las veces que los jugadores pierden demasiado, no reciben razonables ganancias y se crea la percepción de que las máquinas fueron arregladas. Eso se enlaza con el señalamiento de que la “clientela que los visita es mayormente local”, ya que la mejor propaganda de un casino para atraer más personas de diversos lugares, es que es sinónimo de buena suerte.
                                                  
Objetivamente, es grande cuando ganan y son bien tratados los jugadores y visitantes, y el crecimiento de la empresa es en buena forma. No condeno el juego; que sea con prudencia y sin administrar mal el dinero. Es un pasatiempo válido, hay males peores en el puritanismo y en los excesos, y existen medios de ayuda para quien pierde el control en el juego. A la hora de la verdad, lo que más dignifica al ser humano ante el Creador y la conciencia, es promover paz, sabiduría, respeto, comprensión y armonía.

Dios ilumine a todos…



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