Lo publicado sobre la retadora situación financiera de la industria de
casinos en Puerto Rico, me recuerda que navegando en internet en el 2013,
encontré interesante información sobre la aportación de los casinos a la
economía:
·
“Los
casinos en Estados Unidos y las industrias que dependen de ellos contribuyeron
en el 2010 con 125,000 millones de dólares a la economía nacional, el
equivalente al 1% del producto interno bruto, PIB…”.
“…El informe revela que 566 casinos en 22
estados contribuyeron con 125,000 millones de dólares en inversiones y casi
820,000 empleos en el 2010.
Los
gastos directos de los casinos representan 350,000 empleos y 50,000 millones de
la cifra general. Aproximadamente un tercio del dinero proviene de fuentes
ajenas al juego, como venta de alimentos, hoteles y entretenimiento.
Los
gastos abonados directamente por la industria en 2010 sumaron casi 16,000
millones de dólares, o 25,000 millones si se tiene en cuenta la actividad
indirecta. Eso eleva la tasa impositiva efectiva de la industria al 32%, que es
superior a la carga fiscal para la economía en general del 27%, dijeron
investigadores”.
·
“Los
21 casinos autorizados por la Compañía de Turismo de Puerto Rico han aportado
U$S 314 millones en lo que va de año fiscal 2007-2008 (de julio a junio) a la
economía puertorriqueña, lo que representa un crecimiento del sector del 2.02%
con respecto al período anterior”.
“… el sector turístico
de los casinos ofrece en Puerto Rico casi siete mil empleos directos e
indirectos, lo que representa unos U$S 85 millones anuales en nóminas”.
La aportación positiva a la economía del país y el enorme potencial
constructivo, supera las críticas negativas.
¿Cuáles son los problemas hoy que proyectan impactar mucho? Considero que el
problema de los Casinos no es externo. El problema no está en las llamadas “máquinas
ilegales”, sino en las veces que los jugadores pierden demasiado, no reciben
razonables ganancias y se crea la percepción de que las máquinas fueron
arregladas. Eso se enlaza con el señalamiento de que la “clientela que los
visita es mayormente local”, ya que la mejor propaganda de un casino para
atraer más personas de diversos lugares, es que es sinónimo de buena suerte.
Objetivamente, es grande cuando ganan y son bien tratados los jugadores y
visitantes, y el crecimiento de la empresa es en buena forma. No condeno el
juego; que sea con prudencia y sin administrar mal el dinero. Es un pasatiempo
válido, hay males peores en el puritanismo y en los excesos, y existen medios
de ayuda para quien pierde el control en el juego. A la hora de la verdad, lo
que más dignifica al ser humano ante el Creador y la conciencia, es promover
paz, sabiduría, respeto, comprensión y armonía.
Dios ilumine a todos…
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