domingo, 11 de mayo de 2014

En el Día de las Madres y más allá, desarrollemos la viva inspiración.

En Génesis 2:18-25 se presenta la creación de la mujer como la más inspirada obra maestra. No es casualidad, sino causalidad, que sea de la mujer un poder de origen creador y el vital rol maternal. Veo algo del ojo detallista de la mujer, en el relato de inicio de Génesis cuando Dios trae luz y orden a la Tierra. Ante el Día de las Madres, que debe inspirar en su esencia a todos los días:
                                                                             
Reconocer a las madres, es ser solidarios tanto con las madres que honran los roles tradicionales, como con las madres que se levantan ante desafíos de enfermedad y adversidad en el hogar, y las madres solteras que tanto forjan en la aparente soledad.
                    
Grandes son las promesas bíblicas para los buenos hijos, buenos esposos y hombres conscientes que respetan y atesoran a las madres, así como para los que cuidan a las viudas. Es cuestión de vivir con amor, valor y honor, a la altura de lo que Dios espera de uno; así se llega al nivel en que es Él en uno.
                                 
Reconocer a las madres es reconocer por designio divino a las mujeres; es reconocer todo lo puro que supera las palabras, que se encarna en la mujer. Es tener acción de gracias y al mismo tiempo, dedicar un recuerdo especial a las mujeres y las madres que han partido de este mundo. Es dar motivos de regocijo para dar vida a la vida.

Reconocer a las mujeres, es tener comprensión, tanto hacia las que se multiplican en amor y entrega (que pueden hacer tanto a la vez y es como si nunca se enfermaran o debilitaran), como hacia quien vive su Damasco. Es trascender como águilas para DAR VIDA  A LA VIDA.
                                   
Reconocer a las mujeres, es ser solidarios con las pastoras, amas de casa, obreras, luchadoras y toda mujer que abre caminos. Es buscar honrar a tantas mujeres humildes que perseveran. Gracias a las damas que exaltan al Corazón de Mujer.

Desarrollemos la viva inspiración: Sea el Día de las Madres, gran momento para orar y perseverar con mayor sentido; para afirmar el amor y el agradecimiento verdaderos, y la visión de almas de pacto con la voluntad de cumplir promesas a Dios para armonizar deseos genuinos con el ser luz a los demás. Sean bendecidas todas las madres en la Isla del Cordero. Adelante en el nombre de Jesucristo.

¡Claro que Dios se creció al crear a la mujer!

--Gerardo L. Berríos Martínez        

·         “El amor de madre es el combustible que le permite a un ser humano hacer lo imposible” (Marion C. Garretty).


                                              

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