lunes, 26 de mayo de 2014

Enrique A. Laguerre y la Ponce High.

Un sol de agosto de 1982 iluminó mi primer día de clase en Ponce High. Muchos días siguieron a ese inicio; unos días soleados y otros días nublados, como parte de las realidades y contrastes de la existencia. Los que llegamos sin conocernos a esa magna escuela, nos fuimos conociendo, comprendiendo y apoyando. La graduación fue en mayo de 1985. Con el paso de los años, cada recuerdo adquiere nuevas dimensiones.
                
En esos meses iniciales del curso del ‘82, la escuela fue visitada por Enrique Laguerre. Laguerre, nacido en Moca, fue educador y un notable escritor identificado con el tema rural y agrícola, y de búsqueda de justicia social. Fue profesor universitario y mediante su estilo único hizo de su columna en el periódico “El Mundo” toda una institución.

El autor tan productivo y polifacético, detallista en su estilo y reconocido en la Isla y más allá de nuestras costas, llegó con expresión humilde y comunicación pausada. Era muy notable que pensaba seriamente antes de transmitir sus ideas y responder a preguntas. Habló de que lo más que le inspira al escribir son las experiencias vividas. Dijo que en el pasado los imperios ganaban con armas de guerra, y luego ganan con el arma de la comodidad. Preguntas y respuestas daban cátedra y confirmaban que en lo cotidiano dado en los salones de clases, se estaba haciendo un buen trabajo.

En ese entonces como en el presente, mucho se teoriza sobre reformas educativas, pero la realidad es que las reformas se forjan en cada escuela, en el día a día. En la columna “Hojas libres”, publicada en “El Mundo” del 30 de octubre de 1982, Laguerre comenzó el texto titulado “Palabras de una adolescente” con las siguientes palabras: “Fue en la Ponce High”. Porque el texto se explica por sí mismo, pienso que para generaciones, grandes historia comienzan con la expresión “Fue en la Ponce High”. Por ejemplo:
Fue en la Ponce High… el encuentro con el gran amor y la lágrima como rocío.
Fue en la Ponce High… el escenario de especiales y formativos recuerdos.
Fue en la Ponce High… el punto de partida de todo un rumbo de vida.
Fue en la Ponce High… ese nivel educativo con toque señorial.
Fue en la Ponce High… que aún ante pruebas y dolores, podía resurgir la esperanza.

Cada generación tiene sus propios retos y afanes y hay dramas en que lo ideal no ocurre. Se puede aplicar en el mejor sentido, el siguiente pensamiento de Santa Teresa de Jesús: “Dios escribe derecho con renglones torcidos”. Porque los grandes testimonios rompen moldes, que cada alma adquiera nuevas fuerzas desde la conciencia que no deja de creer y de ser parte de los milagros. Que las nuevas crónicas puedan ser comunicadas con el mismo honor con que Enrique A. Laguerre le habló a estudiantes, educadores y todos los presentes, y luego escribió “Fue en la Ponce High”. Lo vivido es prólogo y hay potencial en lo inédito. Dios ilumine a todos.


·         “No se educa para adquirir un diploma o una licencia profesional, sino para abrir caminos a la exploración, para la cual precisa estimular la espontánea curiosidad de los jóvenes”. –Enrique A. Laguerre





No hay comentarios:

Publicar un comentario