La serie
“Star Trek”, creación de Gene Roddenberry, es icónica porque en la década de
los ’60, logró presentar a un mundo que enfrentaba cambios, conflictos y
desafíos, una crítica social positiva y una perspectiva de futuro en que las
humanidad superaba guerras, divisiones raciales y culturales, y expandía el
mensaje de madurez y paz.
En “Star
Trek”, la nave espacial USS Enterprise NCC-1701 fue diseñada por Walter Matthew
Jefferies (mejor conocido por Matt Jefferies). La icónica nave nos transporta
junto a la tripulación capitaneada por James T. Kirk, en un viaje que como la
vida, puede superar rutinas, descubrir algo nuevo en cada etapa y crecer ante
las pruebas. Es notable en el diseño de una nave que pasa a ser hogar en tan
interesante concepto de ciencia ficción (ciencia ficción que es ciencia real en
muchos adelantos del presente), cómo gira la dinámica de estudio, tecnología al
servicio de las personas, interacción de almas y aventura en torno a la
dirección que brinda el puente de mando.
Recuerdo que siendo estudiante en
Ponce High, captó mi atención la serie clásica de Star Trek transmitida en la
televisión local, y rápido me gustó al ver que tenía contenido y trascendía
patrones tradicionales. Fue mi graduación de Ponce High en 1985 y paralelamente
a mis estudios universitarios, las películas de Star Trek y la llegada de la
serie con una nueva generación, iba confirmando que era mucho más que
entretenimiento, era una creación que superaba fronteras y unía generaciones. Hasta
para el diseño de un mural en ese tiempo, me inspiré en líneas de la
Enterprise.
Para 1991, al morir el creador de
Star Trek, Gene Roddenberry, se confirmó la afirmación de una institución que
superó al nombre de su creador. Al celebrarse en 1991 los 25 años de Star Trek,
el video conmemorativo abonó a la realidad de que es mucho más que
entretenimiento, por el gran número de profesionales y seres humanos de bien
que realizaron ejemplares metas inspirados por los héroes de Star Trek. Es
cuestión de activar al héroe que se tiene dentro y Star Trek motiva eso.
Se puede reconocer al profesional de
la salud inspirado en el doctor McCoy, al ingeniero inspirado en Scotty, al
líder y al empresario emprendedor inspirado en Kirk, al intelectual inspirado
en Spock. Hay muchos más ejemplos en todas las áreas, y están también los
coleccionistas que activan dones en esa dinámica, las familias que encuentran
ahí un sano y edificante motivo para unirse y compartir, y todos los fans que
exploran nuevas posibilidades casi infinitas como las estrellas.
Star Trek nos presenta un mundo en
que se terminan las guerras y los conflictos raciales, teniendo a la bella
afro-americana Uhura, al ruso Chekov y al asiático Sulu. Mediante la nueva
tecnología vista en Star Trek (fruto de la sabia preparación para excelentes
historias), que ya ha dado el salto de la ciencia ficción a la ciencia real, se
confirma la visión positiva al destacar la capacidad constructiva del ser
humano.
De las series que han seguido
después de la serie clásica –ST The Next Generation, ST Deep Space 9, ST
Voyager, y ST Enterprise- tenemos la gran lección de que los relevos
generacionales son parte de la vida y deben ser inherentes a un proceso de
desarrollo integral, viajando constantemente a donde no se ha llegado.
Entonces, Star Trek es mucho más que
entretenimiento. No es sólo la presentación de mucha calidad en historias,
recursos, detalles y actuación. No es estar perdidos en el espacio a alejados
de la realidad. Es precisamente insertarnos en la existencia con una más amplia
perspectiva y un aliento que vivifica un gran pensamiento: “nadie sabe todo lo
que puede hacer hasta que decide hacerlo”.
No busco sacar las cosas de
proporción y cada cual desde su visión y medida de fe, deberá colocar a Dios en
primer lugar. Star Trek nos recuerda que todos nosotros, como seres humanos,
podemos proponernos forjar una nueva realidad.
En la medida que cada cual crezca en
esa nueva conciencia, la nueva aventura humana, con visión, amor y acción,
comienza. Cada persona tendrá su propia definición de Star Trek (serie que
estrenó en 1966, año en que nací; no es casualidad que me identifique con algo
tan especial), pero ciertamente la escena del “trekkie” que contempla a un niño
redescubrir Star Trek, dice más que mil palabras. Dice la
introducción de esa leyenda de la ciencia ficción:
“
Al recordar el
tiempo en que captó mi atención Star Trek, procede reafirmar el espíritu heroico,
el amor verdadero y la fe bien fundada. Dedico un saludo especial a la Clase
Graduada de Ponce High de 1985, porque hay puntos de partida, to boldly go…
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