En
Puerto Rico hay demasiado discrimen por edad. En la extensión territorial de la
Isla, son muy notables los abusos, malos tratos y expresiones despectivas y
estilos de exclusión hacia las personas mayores y en la edad que debe ser
dorada.
¿Cuántas
madres sufren por eso; directamente y por estilos en contra de sus hijos e
hijas? ¿Cuántos que cometen discrimen por edad, desearían que sus progenitoras
sufran de tal acción de estigmatización, crueldad, burla y rechazo?
Sea
el día de las Madres, buen momento para crear conciencia sobre cómo se crece
como seres humanos y se promueve progreso, al poner en práctica la búsqueda de
sabiduría, el respeto a la edad, el aprecio a las canas y el amor como causa de
vida?
La
juventud se edifica mejor con fe en acción, empatía, inclusión en la tierra que
nos necesita a todos (particularmente de los consejos bien fundados para lograr
mejor calidad de vida), y no con el desmedido culto a mensajes fracasados;
máxime al ir aumentando la expectativa de vida y ser todos llamados a dar vida
a la vida en los ciclos y la mortalidad compartidos por todos. ¡Somos jóvenes
en las grandes causas!
¡NO
al discrimen por edad!
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