lunes, 11 de mayo de 2015

Porque Dios emplea los medios que Él desea…

Porque Dios emplea los medios que Él desea para responder y obrar, saludo al reverendo Rodolfo Font en su cumpleaños.

Reconozco que mucha controversia genera el llamado “Evangelio de Prosperidad”. El mensaje de prosperidad es de Jesús y es tan poderoso, que dado en forma correcta edifica, y dado en forma incorrecta causa grandes y graves daños. Son muy necesarios los testimonios de prosperidad consagrada; y también es legítimo cuestionar cuando no se ven las cosechas esperadas luego de las siembras dadas con suma fe.

Ciertamente la ineludible responsabilidad primaria por los resultados, es de quien crea en el altar unas expectativas al requerir unas siembras. La lógica dicta que al partir un pastor hacia otras tierras, no se desvincula totalmente de unos inicios y siempre hay un sentido del deber hacia las personas a quienes se les predicó. A cada cual le toca rendir cuentas ante su conciencia y ante el Señor. En el proceso, procede entender sin manipulaciones. Por ejemplo: Jesús no era pobre, el burro para transportarse es equivalente a un buen auto hoy, y no fomentó votos de pobreza, pero sí a ser austeros.

Siempre recuerdo que Font no temía a que las personas se cuestionaran la corrección de los mensajes (no caía en lo de otros de “Dios puso en mi corazón” para imponer y buscar silenciar lo diferente), fomentaba el estudio y hasta que buscaran otras fuentes para ampliar y corroborar; lo que es admirable sentido de seguridad y de fomentar en las almas el razonamiento propio. Ciertamente la educación tiene poder revolucionario.

En Juan 10:9-11 dice: “Yo soy la puerta: el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos. El ladrón no viene sino para hurtar, y matar, y destruir: yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia. Yo soy el buen pastor: el buen pastor su vida da por las ovejas”. Nótese que el señorío está en Jesús y no en otras personas, y que se separa claramente la abundancia en Él, de lo que es fruto de estilos, fines y medios cuestionables.

En 1 Timoteo 5:18 dice: “El obrero es digno de su salario”. Eso confirma que lo digno parte de cumplir las responsabilidades cabalmente, y no perder de perspectiva lo que son medios y lo que son fines.
                                                         
Es justo y legítimo cuestionar cuando procede, ya que a quien más se le da, más se le exige. Sin embargo, al pensar en el reverendo Rodolfo Font, procede recordar en el balance, también las vidas restauradas gracias a sus mensajes y la forma en que las lecciones sobre nueva conciencia y abundancia consagrada, abrieron nuevos horizontes de vida que puede testimoniar bien y ser parte de las soluciones. Más allá de opiniones y la validez de unos juicios, nadie le puede quitar a Font el mérito de esas aportaciones constructivas.

Porque Dios emplea los medios que Él desea para responder y obrar, es importante la oración por el reverendo Font y por todos los que están ante congregaciones, para que todo bien sea fruto de una real conexión divina, cada error se pueda superar en forma ejemplar, se fomente amor y progreso con equidad, el legítimo deseo de disfrutar la vida no caiga en apetitos desmedidos y enajenación de las realidades y aspiraciones de los demás, se logre rescatar el corazón de la Iglesia primitiva de ayuda mutua, se desaten milagros como resultado del amor sincero, no haya espacio para el cainismo y la tergiversación destructiva, la humildad sea esencia de logros, el respeto sea pleno en empatía, las nuevas empresas sea taller de solidaridad que da la mano amiga, y que al asumirse plenamente las responsabilidades se vivifique lo dicho por Jesús: “Yo soy el buen pastor: el buen pastor su vida da por las ovejas”.

Font confirma que Dios deposita talentos únicos en cada alma. El don de motivador en Font, requiere la cobertura de oraciones para que no desvirtúe las buenas obras que pueda realizar (la Palabra y la razón establecen que la fe sin obras es muerta), y a cada alma le toca desarrollar bien sus propios dones constructivamente. Porque lo vivido es prólogo, sean las páginas inéditas mejores y más luminosas. Sea siempre sabio y bendecido el reverendo Rodolfo Font.

                                                           

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